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Las Tunas.- Carlos Juan Viera ya está en México, donde vestirá la camiseta de los Saraperos de Saltillo, y los Leñadores y su afición tendrán que acostumbrarse a salir adelante sin su principal seguro de vida.

El lanzador jobabense intentará repetir la excelente temporada del 2021 en la Liga Mexicana de Béisbol, cuando defendiendo los colores del mismo conjunto de Coahuila, terminó con balance de 5-1 en 10 salidas y una efectividad de 3,31 que lo ubicó entre los cinco mejores del torneo.

El lanzador volverá a tener como compañero de equipo al también tunero Henry Urrutia, quien regresa como tercer madero de los tres veces campeones de México. De hecho, en los últimos días ambos jugadores se dejaron ver en sus redes sociales compartiendo habitación.

De manera que Carlos Juan está instalado en la que será su nueva casa por los próximos cuatro meses, mientras los Leñadores continúan su andar por la 61 Serie Nacional. Y hacerlo sin el líder de su staff es un reto tremendo, que condicionará el último tramo de la campaña para Pablo Alberto Civil y sus muchachos.

Desde su regreso a la Serie Nacional, hace tres años, Viera ha sido un pícher fundamental. Su reaparición con Las Tunas luego de un lustro de ausencia dejó 11 victorias; mientras que durante el campeonato 2020-2021 volvió a sumar el mismo número de éxitos, dos de ellos en los play off ante Santiago de Cuba y Matanzas.

En la presente temporada parecía que su aporte quedaría por debajo de lo esperado, pero una decisión valiente de la dirección de los Leñadores lo sacó del rol de abridor (en el que no estaba funcionando) y lo llevó de vuelta a sus orígenes como relevista. Viniendo desde el bullpen, Carlos Juan logró tres victorias y cinco juegos salvados, una labor vital en la remontada que tiene a la nave verdirroja anclada de nuevo en puestos de clasificación.

En total, a lo largo de los últimos tres años acumula 27 ganados, 16 perdidos, siete salvamentos y excelente efectividad de 2,91, con 245 ponches en 343,2 entradas. Semejante vacío es el que debe intentar llenar el resto del cuerpo de picheo tunero, dando un paso al frente y mejorando sus prestaciones en el tercio final del calendario.

La partida de su mejor exponente es un golpe más fuerte aún, pues se trata de un staff menos fiable que en otras ocasiones. Ahora mismo, los serpentineros de Las Tunas trabajan para 5,16 (novenos), embasan a la elevada cifra de 1,66 bateadores por entrada y permiten un average contrario de 305.

En el nuevo escenario, los abridores tendrán mayor responsabilidad, las 16 victorias que han conseguido hasta ahora los ubican en el puesto 12 del torneo. Como consecuencia directa, los relevistas necesitarán multiplicar su accionar para tratar de no alejarse demasiado del primer lugar del país en choques ganados, nada menos que 15.

La situación del picheo promete aún muchos dolores de cabeza al cuerpo de dirección. Para contrarrestarlos, la defensa tendrá que sostener el nivel mostrado hasta ahora (líder con promedio de 980), en tanto la ofensiva está llamada a superarse en su rol de motor del equipo.

Todo ello mientras se preparan para un nuevo golpe: la partida hacia Venezuela de Rafael Viñales, quien sigue en proceso de chequeo médico luego de los incidentes sufridos en Isla de la Juventud y Matanzas.

Lo que resta de 61 Serie se perfila entonces como una escalada continua y llena de obstáculos para los Leñadores, aunque la fortaleza mental y el talento acumulado del colectivo deben ser suficientes para ascender hasta la postemporada.

 

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