Las Tunas.- "De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo... Solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria", dijo Jorge Luis Borges. Y, ciertamente, pocos objetos generan tanta satisfacción y provecho como este. Por eso, una Feria del Libro y la Literatura siempre resulta bienvenida.
Del 20 al 24 de marzo vivimos en Las Tunas el capítulo provincial de esa cita de las letras, en su edición 32. Como es costumbre, la organización de un evento de esta envergadura deviene proceso complejo por los múltiples factores y entidades que confluyen, bajo la égida del Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL). Públicos, libreros, escritores, investigadores, entidades diversas..., todos en función de regalar al pueblo días de deleite y aprendizaje.
Esta vez, al decir de directivos del CPLL, más de 60 libros se presentaron durante la Feria. En tanto, se sobrecumplió el plan de ventas y se comercializaron más de 11 mil ejemplares y 307 títulos; cifras alentadoras que demuestran que el placer de la lectura aún está latente. Por otro lado, la literatura infantil fue la más buscada, y Tesoro de Papel, el espacio que tradicionalmente se les dedica a los niños, constituyó el de mayor convocatoria.
Pensamiento Literario volvió a propiciar la confluencia entre creadores de alto prestigio, así como el debate de tópicos medulares. Rafael de Águila, Nelton Pérez, Alberto Marrero, Carlos Esquivel y Carlos Tamayo figuraron entre los involucrados. En particular, solo me hubiera gustado observar mayor presencia en el público de autores jóvenes, por la importancia de los asuntos tratados allí.
Ciudad Virtual, por su parte, desde el café wifi La Esquina, defendió la literatura en soporte digital, con la presentación, venta y socialización también gratuita de textos en este formato. Y descollaron cinco novedades de ese tipo que vieron la luz gracias a una alianza entre la editorial Sanlope y Ruth Casa Editorial, y el debut de la revista Quehacer número 6, dedicada a la fiesta de las letras.
De hecho, conscientes de la importancia de atraer más auditorio hasta este último espacio, máxime cuando en el país los planes editoriales se perfilan hacia el ciberespacio, y teniendo en cuenta la experiencia de estos días, el CPLL, el sello local y el centro de promoción literaria Pablo Armando Fernández trabajan en el diseño de una actividad con carácter mensual en "La Esquina", enfocada en la literatura digital, para ir ampliando el conocimiento del público sobre esos horizontes y crear una base sólida para la próxima Feria.
En comparación con la edición anterior del evento, hubo más novedades impresas y virtuales. Sin embargo, aunque nos acompañaron representantes de Áncora, Luminaria, Capiro..., sigue siendo desafío la presencia de editoriales foráneas, tanto de otras provincias como de otras naciones.
La promoción mostró una concepción atinada, con capsulares audiovisuales, podcasts, posts en redes sociales y otras iniciativas, que contribuyeron a que la cita del saber no quedara solamente en su espacio físico. Asimismo, más allá del recinto ferial (parque Maceo), se realizaron actividades extensionistas en la tabaquería Enrique Casals y escuelas de diversas enseñanzas, y diferentes instituciones u organismos tuvieron su estand (la Red de Educadores Populares, Correos de Cuba, la Organización Nacional de Bufetes Colectivos, Citmatel...).
Desde el punto de vista de la visualidad, las áreas fundamentales mostraron carteles identificativos y se cuidaron detalles como las credenciales de los participantes, los uniformes de las libreras y los catálogos. En tanto, instituciones como la Casa del Joven Creador, las sedes de la Unión de Periodistas de Cuba y la Unión de Historiadores de Cuba, la casa iberoamericana de la décima El Cucalambé y otras tributaron al programa.
En general, al decir de directivos del CPLL, no falló ninguna de las actividades diseñadas, destacando aquellas en las que se homenajearon al escritor Carlos Tamayo y a la editora Mirtha Beatón, como fue el caso de Flores del Alma, que tradicionalmente acoge el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Nos satisface que se haya desarrollado la Feria, a pesar de la situación económica por la que atraviesa el país y que se hiciera con nutrida agenda. Sin embargo, toda obra humana es perfectible y, por eso, debemos promover una mayor participación del pueblo en todos los espacios, así como una conciencia colectiva de la importancia del evento para nuestra cultura. Ganamos todos.
