Centro Especializado de Audiología, en Las Tunas.

Las Tunas.- Yonathan llegó al mundo en medio de contrariedades y urgencias. Su mamá, Yadanis, solo pensaba en el cuerpecito que se movía dentro, agitado. Cuando salió de la cesárea y vio a su niño por primera vez dio gracias a Dios. Los médicos la sometieron enseguida a un tratamiento riguroso y vital con fármacos múltiples, entre ellos, algunos ototóxicos, término que en ese entonces no significó nada para ella.

A los 6 meses del pequeño, Yadanis comenzó a preocuparse. Se generó un ruido fuerte en casa y el bebé no reaccionó. Lo llevó a consulta y, jornadas después, las palabras le confirmaron lo que ya antes le decían sus presentimientos: Yonathan no podía escuchar. Al año, le pusieron las prótesis. Lo llevaron a Granma, Camagüey y empezaron a allanar el tránsito hasta La Habana.

Enseguida supo, desesperada, que uno de los medicamentos que ella había recibido durante la lactancia, la gentamicina, había imposibilitado las funciones auditivas de su hijito. La prioridad de los médicos fue estimular pronto las células que todavía estaban vivas, tanto las asociadas al oído como al habla.

Niño con implante coclear.

En el 2012, a los 2 años de Yonathan, después de un largo proceso de pruebas que lo calificaron como un candidato viable a la operación, el pequeño amanciero recibió su implante coclear. Yadanis recuerda que fue un viernes y la emoción todavía se le dibuja en el rostro.

"A la semana del despertar, después de una rehabilitación rigurosa, mi hijo comenzó a hablar; lo primero que dijo fue mamá y agua, yo no lo podía creer. Mira que le pedí a Dios… Nos alquilamos en La Habana para que pudiera tener un proceso exitoso. Pasamos mucho trabajo, pero ahí está, escúchelo, tiene una dicción muy, muy buena.

"Nunca le enseñaron el lenguaje de señas. Lo prepararon para la escuela general y ahora mismo está en noveno grado, quiere estudiar Enfermería. Tiene un buen índice escolar y es un niño muy perceptivo. Cuando pronuncia frases muy largas y se traba, me mira, yo le corrijo y sigue adelante".

Yonathan me cuenta que le gustan mucho las novelas, cuando la corriente no lo deja mirar el televisor emigra hacia el celular y así se entretiene. Antes jugaba al kikimbol con su primo, pero desde que un pelotazo quebró su prótesis y él quedó otra vez en silencio, no quiere saber nada de los deportes.

Habla bajo y no le gustan los ruidos fuertes. En casa han creado un espacio saludable para él, uno que siempre estará supeditado a sus necesidades, aunque vive una vida normal. El agradecimiento, en sus labios, tiene el tono justo de la gratitud, esa que, en su caso, ha llegado a descubrirle el mundo de los sonidos.

Centro Especializado de Audiología, en Las Tunas.

En noviembre del 2016, con un montón de expectativas agolpadas sobre las espaldas, se fundó el Centro Especializado de Audiología. Las intenciones eran muy claras, lograr puentes auditivos para aquellos que estaban en silencio. Entonces comenzó a prepararse el camino para materializar, en suelo tunero, historias como la de Yonathan.

El licenciado en Logofonoaudiología Raúl Villavicencio Contreras confiesa que la evolución de los niños que experimentan un sonido, por primera vez, es una de esas experiencias que marcan a todo el equipo de trabajo interesado en darles calidad de vida, como parte del servicio de Otorrinolaringología del Hospital General Docente Doctor Ernesto Guevara.

El Programa de Implante Coclear es la prioridad del centro, hasta donde llegan los infantes tras la detección de alguna anomalía en las edades tempranas. El equipo especializado, además, diagnostica y rehabilita a pacientes sordos e hipoacúsicos, y aquellos que padecen pérdidas neurosensoriales con afectación al oído interno profundo.

"Mi rutina diaria es realizar pruebas auditivas -comenta Villavicencio Contreras. En el hospital Guevara existe el protocolo de medir la audición de los niños que nacen con riesgo. Los que no pasan el examen allí, o tienen dificultades, son remitidos hasta este servicio y a partir de ahí comienza el proceso de investigación y diagnóstico.

"Hay niños con diagnóstico tardío que van a las consultas pediátricas de sus áreas de Salud, cuando llegan aquí ya tienen 3, 4 o 5 años. Es una realidad que nos golpea.Licenciado en Logofonoaudiología Raúl Villavicencio Contreras.

"Ahora mismo estamos limitados por razones ajenas a nuestra voluntad; no podemos realizar todas las pruebas auditivas, como el potencial evocado, que es para los niños pequeños, por la inestabilidad del fluido eléctrico.

"Hace más de un año el equipo está en óptimas condiciones y no lo hemos podido usar. Esos pequeños llevan una preparación; hay que interrumpirles el sueño tres días antes, no se les permite dormir el día anterior y cuando llegan aquí si no hay corriente perdemos la preparación completa del niño. El examen tiene que hacerse mientras ellos duermen para que funcione.

"Esto no significa que estemos inactivos. Actualmente realizamos audiometrías, impedanciometrías para conocer el funcionamiento del oído medio y llevamos a cabo emisiones otoacústicas, para medir si el oído genera corriente o no. Esta es la prueba fundamental para la investigación en niños".

Villacencio Contreras refiere que, tras finalizar la investigación, cuando se diagnostica, por varios especialistas y de forma conjunta, al niño con hipoacusia neurosensorial se le incorpora al Programa de Implante Coclear.

"Aquí en Las Tunas, hay 23 niños implantados y tenemos dos candidatos para este año. La principal condición es que estén inhabilitados por completo de la capacidad de audición y no posean ninguna enfermedad asociada". 

Desde su amplia experiencia, el licenciado cuenta que, una vez realizado el implante, la rehabilitación consta de cuatro etapas. Durante el proceso, la familia debe participar de manera activa en el hogar y se complementa con la escuela y la Atención Primaria de Salud, pues es un tratamiento largo que puede durar hasta 17 años.

"Este proceder permite la colocación del dispositivo que lanza una estimulación eléctrica y activa directamente las fibras del nervio coclear mediante una compleja cirugía que permite un acceso directo al oído interno, pasando a través del hueso temporal del cráneo".

LOS ESTRAGOS DEL BLOQUEO

El doctor Mario Raúl Peña Rosselló, especialista de Primer Grado en Otorrinolaringología y director del centro, comenta cuán difícil resulta llevar adelante este programa en medio de la tangible escasez de recursos a causa del recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba.

"Los pacientes con patología audiológica necesitan un tratamiento protésico, es decir, la colocación de una prótesis auditiva. Y lo que más nos afecta es la escasez de equipos de audiología para poder atender a la cantidad de pacientes en lista de espera, algunos desde el 2020".Dr. Mario Raúl Peña Roselló.

La instalación de un Laboratorio Digital de Prótesis Auditivas en el centro resulta un paso de avance en el tratamiento a personas que padecen este tipo de condición médica, sobre todo, para infantes en edades tempranas.

Este servicio quedó equipado, el pasado año, con escáner 3D, el cual permite agilizar el proceso para la obtención de las prótesis. Antes, las medidas de cada paciente se debían enviar por correo, y el proceso era mucho más lento y engorroso.

Pero, por más que exista el respaldo a nivel de país para seguir optimizando las prestaciones, la falta de insumos médicos acá golpea y ensordece.

"Es cierto que ahora logramos hacer los moldes en corto tiempo, pero nos faltan las prótesis. La última vez que recibimos fue en noviembre del 2023, 60 prótesis moderadas para una lista de espera de aproximadamente 800 pacientes -alude Peña Rosselló.

"En un mes la lista de espera incrementa aproximadamente a 85 pacientes. Siempre conferimos prioridad a los niños, los adolescentes, los jóvenes que estudian, pero realmente podemos hacer muy poco.

"Y en medio de este contexto hacemos un llamado a la familia a proteger la audición de los niños, evitar el uso de audífonos a altos decibeles. Alarma en la provincia la pérdida auditiva por el empleo incorrecto de los medios de protección en fábricas como Acinox, Ludema y los centrales azucareros. Hay que preservar la salud a toda costa". 

MUCHAS MANOS EN EL EMPEÑO

Yanela Vázquez Pérez, técnica en Electromedicina, sabe lo que se siente decirle a un paciente que no lo puede ayudar a escuchar mejor; esos días regresa a su casa sobrecogida y no descansa hasta que aparecen las soluciones.

"Mi función es reparar y mantener la parte electrónica de la prótesis auditiva. En este contexto de tanta escasez tengo que inventar al máximo. No es ningún secreto que los dispositivos que Cuba puede comprar no son de una calidad óptima. Y, bueno, se rompen con mucha facilidad.

"Los componentes electrónicos se sulfatan inmediatamente con el sudor y la humedad, lo cual propicia el clima en el que vivimos. En la zona de la playa, la gente de Puerto Padre, 'Jesús Menéndez', son víctimas de estas roturas de dispositivos constantemente. En fin, mi reto es intentar encontrar una solución cuando se rompen.

"Aquí tengo un cementerio de dispositivos; con uno voy inventando, e intento, al máximo, devolverles la vitalidad. No siempre se puede. A veces me toca reparar hasta 150 al mes. Esos son los mejores tiempos, una sabe que las personas se van a casa contentas. Así somos, intentando remendar, constantemente inventando, porque la realidad es que no recibimos piezas de repuesto y la población no quiere excusas, sino soluciones".

Su actitud es la marca de identidad de un colectivo que entiende de apoyos, de respuestas..., no de tropiezos ni carencias paralizantes.

Madre de niño con implente coclear.

Yadanis me cuenta que una vez por mes visita el Centro Especializado de Audiología y tiene ahí los mejores respaldos. La rehabilitación de Yonathan no se detiene, aunque ahora acaba de cumplir los 14 años.

"Cuando supe de la apertura de este lugar me dio una tranquilidad inmensa, entre otras razones, por su cercanía. La estancia prolongada en La Habana, hasta el segundo grado del niño, fue un proceso que nos demandó mucho en todos los ámbitos. ¡Qué bueno que otros niños no tendrán que pasar por lo mismo!".  

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