maria luz

Las Tunas.- El 30 de abril de 1994 fue el primer día de labor de María Luz Matos Bravet en el Banco Popular de Ahorro (BPA); lo recuerda con precisión de reloj suizo. "No llegué al banco en busca de trabajo, sino que este tocó a mi puerta", rememora ahora, cuando acumula casi tres décadas de desempeño en esa institución financiera y guarda, con agradecimiento, aquella oportunidad primera que la ha hecho crecer como profesional y ser humano.

"El BPA ya tiene cuatro décadas de creado e inicié en sus primeros 10 años de existencia, de manera que me siento, casi, una fundadora. He visto en este período muchas transformaciones, desde la faena manual hasta la transformación digital y, por otro lado, también he podido ser partícipe de la respuesta de sus trabajadores a cada proceso.

"Así como el país ha tenido su generación histórica, entiendo que el Banco también y me siento muy orgullosa de formar parte de la misma. Ahora hay una generación nueva y muchos estamos cerca de la jubilación, pero espero que quienes se inician asuman con igual responsabilidad ", destaca Matos Bravet, quien dirige la Caja de Ahorro ubicada en el reparto La Victoria, de la ciudad de Las Tunas.

Responsabilidad, respeto, discreción, honestidad y entrega son palabras que asocia al BPA y que no han faltado en su ejercicio cotidiano y en la enseñanza a cada discípulo adiestrado por ella. Esos principios le son comunes a Ana Iris Aguilera Carralero, quien acumula 38 años de ocupación en esta entidad, la mayor parte de los mismos dedicados al quehacer como auditora.ana iris bpa nayli

"La formación que tengo se la debo al Banco, este sitio educa a las personas. Un trabajador de esta rama se distingue, lo adviertes, por la corrección en el comportamiento, en su manera de hablar y de manifestarse en público. Aquí adquieres valores y cambia tu comportamiento ante la vida.

"Auditoría, asimismo, es una escuela y un campo que exige capacitación permanente en todos los productos y servicios", afirma, con la certeza que confieren 22 años de bregar específicamente en este ámbito.

Ana Iris habla con especial devoción del trabajo de las mujeres en la institución, más que loable, como es la norma en la sociedad cubana; si se tiene en cuenta que muchas deben conciliar la vida laboral y como directivas con la maternidad y el cuidado de la familia y, a menudo, de adultos mayores. "Implica mucho sacrificio, compromiso y entrega", apunta.

De lo anterior habla con propiedad María Luz, quien más de una vez ha asistido a trabajar muy enferma, porque su responsabilidad al frente del equipo y en la custodia de la institución así se lo exige; por otro lado, ajusta con precisión sus períodos de vacaciones para poder ver a la familia que reside lejos. "En el Banco si se está, hay que estar", sentencia, resolutiva, para significar el rigor y la responsabilidad que entraña este ejercicio.

caridadDe la apuesta del sector financiero por la inclusión de género conoce bien Caridad Mercedes Asprón Hernández, jefa del Departamento de cuadros en la Dirección Provincial de la entidad, la que nos aporta las estadísticas, al vuelo.

"Tenemos 536 trabajadores en el BPA, y en Las Tunas 333, es decir, el 62 por ciento son mujeres; una realidad también palpable en la actividad de dirección en la cual la fuerza mayoritaria es femenina", apunta.

Y de crecerse ante las dificultades también habla con propiedad quien ha sentido en su entorno familiar lo que las dinámicas demográficas hace años describen para la Mayor de las Antillas: el envejecimiento poblacional y los cuidados crecientes. Ahora, la defectóloga de formación se prepara, ella misma, para una nueva etapa de la vida: la jubilación.

"Trato de inculcarle a los jóvenes el sentido de la disciplina y el esfuerzo y, en particular, que en el caso de las mujeres nada les impida desarrollarse. He gozado siempre de ayudar a la juventud y de educar a los muchachos para que den lo mejor de sí en su desempeño, para que se comuniquen, amen de su trabajo, se presenten con una buena educación formal y atención al cliente…, de esa manera no habrá personas insatisfechas o mal atendidas", refiere, mientras hace honor a su condición de pedagoga.

Horas de desvelo en la diaria jornada, sacrificios incontables, esfuerzos en pos del desarrollo de la institución, aportes en la formación de las más jóvenes generaciones y mucho más, tienen en común estas tres mujeres dedicadas a servir al Banco Popular de Ahorro y, en suma, a Cuba. Sus evocaciones remiten a la heroicidad cotidiana de las cubanas y demuestran el sentido de pertenencia hacia una entidad financiera que, en sus 40 años, tiene en sus trabajadoras una de sus mejores fortalezas.

 

 

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