marisel Soberana

Las Tunas.- Ella se ve solo como quien ha hecho su trabajo, aunque eso signifique salvarles la vida, quizás, a millones de personas. En la conversación la descubro con la misma sensibilidad de nuestras largas charlas en los pasillos del Ipvce Luis Urquiza Jorge o con la firmeza de nuestro corto encuentro en el comedor de la Universidad de La Habana. Hoy su amistad es motivo de orgullo. Sí, porque no todos los días uno puede decir que tiene a una amiga entre los creadores de uno de los candidatos vacunales cubanos contra la Covid-19.

“Este año, me dice, ha sido muy difícil. Soberana me ha robado horas de sueño, de familia, de amigos”. Entonces nos ponemos al día. A sus dos hijas, de 7 y 11 años de edad, no las ve desde marzo, pues están al cuidado de su familia en su "Amancio" natal y eso, sin dudas, lacera su espíritu. “Hablamos todos los días”, me aclara.

“El ensayo clínico Fase III me absorbía por completo y no tenía quién me las cuidara. Fueron meses de salir de mi casa a las 4:00 de la mañana y llegar a las 11:00 pm..., pero ha valido la pena tanto sacrificio”, afirma.

marisel Soberana 2Las noticias recientes le dan la razón. Esta semana se supo que Soberana 02 tiene un 91,2 por ciento de eficacia ante la enfermedad sintomática de Covid-19, con el esquema de dos dosis más una de Soberana Plus, ambas desarrolladas por el Instituto Finlay de Vacunas (IPV).

“Eso significa, me explica, que el 91,2 por ciento de los vacunados con el esquema completo de Soberana que se contagiaron con el virus no desarrollaron síntomas de la enfermedad”. Respecto a otros datos dados a conocer, me comenta que este esquema de vacunación demostró tener un 76 por ciento de eficacia contra la infección, lo cual quiere decir que de los sujetos vacunados ese porcentaje no se infectó con el virus.  

Marisel, sin embargo, insiste: “Las vacunas son eficaces, pero hay que dejarlas hacer su trabajo. Catorce días después de completado el esquema es que estamos protegidos. Mientras, el autocuidado, el uso del nasobuco, es lo que puede protegernos. Es triste ir a los sitios donde estamos vacunando y ver niños jugando en la calle sin nasobuco o personas en una cola con el nasobuco en la barbilla”.

¿Cómo llegó Marisel Martínez Pérez, aquella adolescente apasionada por la Química que recuerdo, a ser parte de este grupo tan prominente?

“Cuando me gradué de Licenciatura en Farmacia en el 2004 comencé a trabajar con el profesor Vicente Vérez Bencomo en el laboratorio de antígenos sintéticos de la Universidad de La Habana; luego nos unieron con el Centro de Química Farmacéutica para crear al Centro de Química Biomolecular, que luego pasó a formar parte del Instituto Finlay de Vacunas. Así que sigo con él hasta el día de hoy”.

Siento tener ante mí a una de esas celebridades que idolatramos cuando, por ejemplo, conectan un jonrón para darnos el campeonato de la Serie Nacional de Béisbol; mas, ella se niega a asumir ese papel: “Nada de eso. Somos como tú, o como Esther o Yanela o Yelín. Sencillamente estudié una carrera que me dio la oportunidad de trabajar en un centro como el 'Finlay'. Hice mi trabajo, un poco más intenso por la urgencia en la que estamos, pero simplemente eso. Las superestrellas son el profe Vicente (director del IFV), Yuri Valdés Balbín (el director adjunto) y Dagmar García Rivera (la titular de Investigaciones), que tuvieron la capacidad de soñar y creer cuando todos lo vimos tan lejos”.

En esa cohesión y en ese liderazgo, subraya, ha estado la clave del éxito: “En este equipo hay de todo: bioquímicos, médicos, químicos, farmacéuticos, ingenieros…Es como dice el profe Vicente, somos un rompecabezas, si falta uno, el barco se va a pique. Y aparte de sus capacidades científicas, la mejor virtud que tienen Vicente, Yury y Dagmar es aglutinar a las personas y enamorarlas de un proyecto”.

Recién salido de la prisión estadounidense en la que estuvo por luchar contra el terrorismo, René González Sehwerert me dijo que Cuba estaba llena de héroes, precisamente, porque no se sienten como tales lo son más todavía. Marisel y todos sus compañeros que han puesto, de nuevo, a Cuba en el mapamundi de la Industria Biotecnológica, son, ahora mismo, mis héroes.

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