Las Tunas.- Este lunes falleció, en la ciudad de Puerto Padre, Petronila Alejandrina Almaguer Rojas, la Reina Cubana de la Mocha, Heroína del Trabajo, una leyenda tunera.
Nació el 26 de noviembre de 1925 en Redención, Velasco. Su vida transcurrió como todo niño y joven del campo. Siendo una jovencita ayudaba a su familia lavando y planchando ropa. De su matrimonio con Miguel Carralero Pérez (1914-2009) le nacieron ocho hijos. Por la situación económica de su familia no pudo continuar sus primeros estudios.
En 1956 se trasladó para San Miguel Uno, en el término municipal de Puerto Padre, y mientras su esposo trabajaba en labores agrícolas, ella cuidaba de sus pequeños como ama de casa y realizaba eventualmente algunas faenas en la colonia de la región, mientras atendía la estancia.
En 1966 lo único que había de trabajo en la zona era en la caña y pidió a su marido que la dejara cortar junto a él. Al final lo convenció y así empezó como jornalera en el corte de caña. Hizo la zafra del 68 como machetera y en la del 69 fue cocinera en la Granja, pero cuando inició la Zafra de los Diez Millones no pudo frenar sus ansias de cortar caña y se reincorporó como machetera. En esa contienda cumplió el compromiso de 10 mil arrobas de caña cortada.
Un total de 13 zafras azucareras consecutivas estuvo Petra cortando caña en las áreas del central Antonio Guiteras, en los distritos Héctor Infante y Jesús Menéndez, en el macizo norte de la región. Para la de 1975 terminó con 119 mil arrobas cortadas.
La década de 1970 fue próspera para Petra Almaguer, "el cañaveral fue su domicilio y el plantón su recurrencia. Tanta caña tumbó esta mujer menuda como la caña misma, y, como la caña también, dulce y cubanísima, que su nombre exhala todavía la fragancia del guarapo".
Pocas eran las mujeres que en esa época se destacaban como macheteras permanentes en los cortes de caña. Muchas fueron las anécdotas que Petra contó a cuanto periodista la entrevistó. Ella nunca se sintió subestimada por los hombres que a su lado trabajaban. Había mujeres eventuales que intentaban desafiarla y ella no temía.
Además de las labores en los cortes de caña, estuvo vinculada a la recogida de tomate en Mayarí, la zafra del algodón y la del café en la Sierra Maestra.
El último machetazo lo dio en la zafra de 1979. Estaba cortando en la zona de Mesa 3, Puerto Padre, cuando le avisaron que su esposo se había enfermado. Desde entonces se dedicó a cuidarlo, hasta su fallecimiento en el 2009. Para ella, él no solo fue su compañero en la vida, "sino también en los cañaverales, pues picamos mucho tiempo juntos".
En 1981 se fue a residir a Puerto Padre, ciudad que la acogió hasta su muerte. Petra, por sus méritos, tuvo la posibilidad de participar en eventos importantes de carácter nacional e internacional, estar junto al Comandante en Jefe Fidel Castro y recibir numerosas condecoraciones.
Ingresó al Partido en 1967 e integró los comités Municipal y Provincial de esa organización política. Fue fundadora de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Asistió como delegada al Primer Congreso del Partido y al segundo de la FMC.
Por sus resultados en la Zafra de los Diez Millones, fue miembro de una comitiva de 10 macheteras en un viaje de recreo por países socialistas y formó parte de la delegación cubana que asistió a la Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en julio de 1975.
Entre los reconocimientos más relevantes recibidos están haber obtenido dos veces la Condición de Heroína Nacional del Trabajo (1972 y 1975), además de las medallas Ana Betancourt (1975) y la XX Aniversario (1975).
A la pregunta de qué otra cosa le hubiera gustado hacer en la vida, respondió: "La vida me dio más de lo que merezco, así que otra cosa no le puedo pedir. Pero, ¿quiere saber algo? Hubiera querido ser mejor madre de lo que fui, y entre las buenas me cuento. Me duele que nunca pude ir a ver a mis hijos a las escuelas donde estaban becados porque yo cortaba caña hasta los domingos.
"Tengo la satisfacción de que los ocho me salieron buenos y estudiosos. Me dieron 20 nietos y 23 biznietos que me adoran. Desde hace años estoy jubilada, aunque no dejo de trajinar para que el cuerpo no se me oxide como una mocha vieja. Estoy contenta de vivir en mi país y de haber conocido a Fidel".
