Las Tunas.- Ubicado en la Carretera Central que conecta a Las Tunas con el oriente cubano, el bar restaurante Las Brasas se distingue como exponente de la tradición culinaria al mezclar los sabores latinoamericanos con el sazón criollo cubano de la cocina al carbón.
Desde su inauguración en el 2019 y hasta la fecha, Las Brasas ha sabido reinventarse hasta convertirse en la pequeña empresa privada Leña y Fuego, una combinación de tradición y modernidad tanto en los platos como en la coctelería que oferta.
Yunior Velázquez, líder del negocio, dijo en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que la esencia de Las Brasas está en una apuesta ecológica que le permitiera dar sostenibilidad al negocio familiar, amén de la escasez de combustibles o electricidad para la realización de los principales productos.
Fue así como el médico -Yunior-, mientras cumplía misión internacionalista en países como Brasil o Venezuela, cultivó su pasión por la churrasquería, se superó en sus tiempos libres y finalmente se dispuso a hacer un restaurante que tuviera como materia prima central las carnes y el carbón.
Nació entonces Las Brasas, una casona colonial con piso de terracota que no ambicionó más que ubicarse en la preferencia de los clientes y que, poco a poco, ha sabido responder a las demandas convirtiéndose en un sitio de elevado confort y calidad más allá de la comida.
En tal sentido, hace solo unos meses comenzó a ofrecer servicio de bar y actualmente es calificado "de excelencia" por sus propios visitantes, con una variedad de más de 20 tragos que van desde la coctelería internacional hasta los más clásicos de nuestro país, Cuba Libre y Mojito.
Un colectivo de alrededor de 15 personas hacen posible el funcionamiento del establecimiento del sector no estatal, aunque hay nombres como Idelmar Téllez, que se destacan por trabajar en Las Brasas desde su surgimiento y ser prácticamente un maestro en el arte de la parrilla.
Idelmar lleva más de 25 años en las cocinas y es en Las Brasas donde ha logrado especializarse en la cocción a la parrilla, a pesar de que otras elaboraciones de la comida criolla cubana como el congrís tienen un sello particular cuando salen de sus manos; al decir del propio Yunior, es Idelmar uno de los tesoros de este lugar.
Entre las especialidades de la casa se destacan las chuletas de cerdo a las brasas y el Chuletón Don Segundo, un plato hecho en homenaje al padre de Yunior, de alto gramaje y aceptación sobre todo por parte de las familias que buscan degustar este sazón.
Segundo Velázquez Batista es una suerte de administrador si de negocio se trata, pero realmente funge como brújula de sus dos hijos y hasta de su nuera, pues Las Brasas se ha convertido en el emprendimiento familiar, luego de que Yunior se enamorara totalmente de la cocina y decidiera separarse definitivamente de su profesión como médico general integral.
"El crecimiento de nuestra empresa lo marcan los propios clientes, así ha sido siempre, hemos escuchado las demandas y en tal sentido hemos ido transformando el local y los servicios que ofertamos", significó Yunior.
En este Día del Ahorro Energético, destacar a Las Brasas como un negocio pensado desde la perspectiva ecológica es una apuesta inteligente si de economía se trata, además de rescatar la tradición culinaria que tanto utilizaron las abuelas cubanas, destacando al carbón como protagonista del sabor criollo nacional.
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