Las Tunas.- Saber que un proceso inversionista ocupa a los trabajadores del hotel Las Tunas es una excelente noticia. Para nadie es secreto que las quejas y los dislates sobre la institución, la principal del sector hotelero en esta ciudad, han hecho “zafra” en las redes sociales durante demasiado tiempo.
Hasta allá fuimos los de 26, con la excusa de que sus lugares serán sede, en los próximos días, del hacer expositivo de la tercera Feria de la Industria y el Comercio.
Conversamos con Milton Tomás Oro, director de la sucursal Islazul Las Tunas, y él aseguró que están trabajando mucho, crece la exigencia laboral, y áreas importantes como la recepción, los servicios y las amas de llaves se encuentran en el centro de atención para ser más eficientes.
“Capacitamos ahora a cuadros y especialistas con el apoyo de la Universidad de Las Tunas (ULT) y también de la Escuela de Hotelería y Turismo (Formatur) para que el personal esté cada vez más preparado para atender a los clientes, que son nuestra principal razón de ser.
“Se acometen intervenciones en espacios claves como la piscina, que ya luce una imagen renovada y tiene más zonas de sombra; sustituimos las pérgolas de madera por otras de aluminio lacado y cambiamos todo el mobiliario. Pensamos reabrir manteniendo el pasadía a 400.00 pesos en moneda nacional, sin consumo.
“De igual manera, laboramos en Los Caneyes, un sitio que funcionó muy bien en el verano de este año con merienda, almuerzo y acceso a la piscina por un costo de mil 850 pesos, en el que se retoca la pintura y cambiamos el mobiliario”.
Entre las faenas laten la ampliación del parqueo, la inserción de un servicio de parrillada en Los Caneyes que ofrecerá alimentos cocinados al carbón, y hasta una especie de sendero que comunicará al hotel con el Parque Temático por dentro, parte de lo que han llamado La ruta de Peralejo, en el afán de combinar la historia mambisa de ese punto con su gente de hoy, ofreciendo prestaciones extrahoteleras constantes y atractivas.
“El hotel tiene 142 habitaciones y estamos ocupados en las mejoras de un bloque completo, que vienen siendo alrededor de 48. Les hemos cambiado las cortinas y el confort en general.
“Está previsto, el año que viene, un proyecto para perfeccionar el área de la cocina, hacerla más funcional y arreglarle el piso”.
Tomás Oro destacó el quehacer del personal y los resultados concretos que ya palpan los huéspedes. Por supuesto, les falta mucho para reconquistar su peldaño cimero, pero están en el camino, tienen propuestas concretas y un esfuerzo cada día por avanzar más.
