Manatí.- En El jagüey, más adentro de la comunidad de Dumañuecos, un campesino se pregunta cada día qué más puede hacer para ayudar a su gente y, de manera general, a su país, porque “estamos viviendo tiempos difíciles y uno no puede aspirar a llegar al ciento por ciento. Siempre hay que decir vamos a cumplir y hacer un poquito más”.
Se levanta y se acuesta con ese pensamiento, el cual concreta poco a poco con el manejo de sus tierras, las que encontró repletas de marabú y que ahora exhibe muy limpias y enriquecidas con valiosas plantaciones de yuca, calabaza, maíz, plátano burro, frijol y tomate.
La finca es uno de los premios que ha tenido Leonardo Vega Carmona, usufructuario asociado a la cooperativa de créditos y servicios Gonzalo Falcón, del municipio de Manatí, quien no se conforma con lo que ya ha hecho y hasta aspira a vender sus producciones en el extranjero.
“Tengo ocho hectáreas dedicadas a los cultivos varios y recibidas en difíciles condiciones en el año 2008, por el Decreto Ley 259. Poco a poco fui chapeando el marabú y sacándolo con un picacho y una yunta de bueyes. Pasé mucho trabajo, pero la limpié.
“Ahora están sembradas completamente. Se cosecha y no se pierde ni un día, porque en esos cultivos está la vida”.
¿Cuál es el destino de sus producciones?
“Para la Empresa de Acopio y todos los meses destino un poquito para pequeñas donaciones que hago a hogares de ancianos, materno y de niños sin amparo familiar. También, a círculos infantiles y centros de aislamiento para pacientes sospechosos de padecer la enfermedad Covid-19.
¿Qué siente cuando la cooperativa hace ventas a sus vecinos, a los residentes en la comunidad?
“Siento alegría. Yo trabajo para eso. No puedo satisfacer a todo el pueblo, pero sí a una parte, que come de mis producciones. Por eso lucho para cooperar y cumplir con el compromiso actual de los campesinos”.
¿Ha pensado en sumarse a la exportación?
“Sí, tengo esos planes. Estoy solicitando más tierras para dedicarlas a esos cultivos. Quiero sembrar guayaba, fruta bomba, limón y aguacate. Todo está proyectado, pero no puede ser de hoy para mañana. Ya hasta tengo todas las semillas plantadas.
“A eso hay que dedicarle tiempo, pues para que las acepten en otros países deben ser producciones de mucha calidad”.
¿Emplea técnicas agroecológicas en sus tierras?
“Siempre lo hago y ahora más, para suplir la falta de fertilizantes y de plaguicidas químicos. Lo que más uso es el estiércol de vaca, carnero y caballo. Además, lucho contra la sequía con unos métodos que me han dado buenos resultados.
"Estas son tierras secanas. Y por eso acomodo las hojas de los plátanos en el tronco de las plantas. Así guardan humedad y demora en aparecer la hierba”.
¿A qué dedica su tiempo libre?
“Los campesinos no tenemos tiempo libre, aunque uno le roba un poquito al reloj en las cosas que le gustan. Yo se lo dedico a mi nieta y a mis palomas, que es una tradición de mi familia y mi hobby desde hace mucho.
“Soy colombófilo y tengo 100 palomas mensajeras. Ellas llevan mucha atención para que no se enfermen. Hay que priorizar la limpieza del palomar, los medicamentos, la comida y el entrenamiento para que, si hace falta, puedan ser útiles”.
En su vivienda y junto a su familia, es feliz. También junto a los amigos que de vez en vez lo visitan, y lo apoyan en sus faenas. Ellos lo llaman Lionis y le tienen afecto, pues saben de los valores humanos que posee, de su apego a la tierra y de esa bondad infinita que toca a muchas personas.
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