Las Tunas.- Si hiciéramos el análisis en términos beisboleros de la economía en esta provincia del oriente en el 2021 diríamos que en ninguno de los tres aspectos del juego exhibe buenas cifras. Incluso, sin contabilizar los datos de diciembre, hay tendencias irreversibles a pesar de la reanimación pos 15 de noviembre.
Se sabe que entre las dos líneas de cal quien no hace carreras no gana; y en el plano de la economía, las producciones físicas son la base de todo, porque a fin de cuentas, de la reproducción material nace el desarrollo. En este aspecto “ofensivo”, la cuadrilla verdirroja, que formarían los actores económicos estatales tuneros, debía honrar 135 surtidos físicos, pero solo lo hizo en el 68 por ciento de estos. Y es que falló el centro del “line up”, que conformarían entidades pertenecientes al grupo empresarial Azcuba, otras ligadas también al Ministerio de la Agricultura, así como las subordinadas a las carteras de Industria, Construcción e Industria Alimentaria. Este “slump” productivo alcanzó a ambos extremos de la “alineación” empresarial, en los cuales ubicaríamos a las entidades de subordinación local.
Algo parecido ocurrió con las ventas netas totales, que serían nuestro “picheo”, pues si en el béisbol debe haber una complementariedad entre quienes se encaraman en la colina de los martirios y los que acuden a la caja de bateo; en economía, además de producir, hay que vender. En este último aspecto, nuestros “serpentineros” se quedaron a poco más de un 80 por ciento de cumplimiento.
Dentro de tan particular staff, algunos de los que catalogaríamos como “abridores” lograron superar sus planes previstos. Es el caso de las empresas de Productos Lácteos, de Suministro y Transporte Agropecuario, estructuras metálicas Paco Cabrera, Correos, Abastecimiento y Servicio a la Educación, y la de Aseguramiento a la Salud en el territorio; más las provinciales de Mantenimiento y Construcción, Integral de la Industria Alimentaria, Alojamiento, y Mantenimiento Vial.
Pero tiraron hacia abajo los números otros “pícheres de cabecera”, como lo serían las empresas de Aceros Inoxidables, Porcina, Cárnica, las azucareras e Integral Agropecuaria, por mencionar algunas. Eso, sin hablar del “bullpen”, formado, entre otras, por las incluidas dentro del Grupo Empresarial de Comercio o la Provincial de Transporte de Cargas Generales (Cardinal), cuyo desempeño no es menos importante. No se olvide de que, en el desafío económico cotidiano, tal cual pasa en el deporte de las bolas y los strikes, la victoria llega si lo hacen bien tanto quienes inician el partido como los que aseguran los innings finales.
Todo lo anterior se expresó con similar crudeza en los guarismos de la circulación mercantil minorista, que equivaldría a la “defensiva” de esta hipotética novena de entes productivos y de servicios en el Balcón del Oriente Cubano. Este indicador mostraba al cierre de noviembre un cumplimiento global del 83,9 por ciento; pero es peor en el caso del “paracorto” de la “medialuna” económica local, que serían las empresas pertenecientes al Grupo Empresarial de Comercio de los Órganos del Poder Popular.
Sin soslayar las carencias que en el orden “táctico-técnico” tiene el empresariado aquí, no cabe duda que durante el 2021 han tenido que saltar a su grama en medio de una tormenta perfecta sin precedentes. Nótese que precisamente los peores dígitos registrados por la provincia en cuanto a ventas netas totales y circulación mercantil casi coincidieron con el trimestre julio-agosto-septiembre, cuando Las Tunas atravesó su pico de la Covid-19, con la consiguiente limitación extrema de servicios y producciones.
Sin embargo, sucesos como la primera Feria de Invierno y la XI Ronda de Negocios corroboraron con creces que un nada despreciable porcentaje de lo que no se hace en el “bateo”, el “picheo” y la “defensa” de la economía tunera, se lograría si sus protagonistas establecieran espacios de interlocución estables que les posibiliten explorar opciones de negocios conjuntos.
Fortalecer, agilizar y consolidar el avance de los nuevos actores económicos, vigorizar el papel de la empresa estatal socialista y su encadenamiento con el sector no estatal, para producir más bienes y servicios con destino al pueblo, son los principales objetivos que en materia económica se ha trazado para el 2022 la tierra de Vicente García. Hacerlo implicará tener presente que en el 2021 cambiaron, quizás como nunca antes, las reglas del juego.
La máxima instancia del Gobierno revolucionario puso en vigor 43 medidas para fortalecer la empresa estatal socialista, 63 dirigidas al incremento de la producción agropecuaria y 93 para salvar el sector azucarero. Los sucesivos debates alrededor de la aplicación práctica aquí de este paquete de cambios transparentaron la urgencia de comprender que esas transformaciones suponen la alteración de estilos anquilosados por décadas entre los “jugadores” sobre el terreno y los “mánager” en el banco. Los primeros deberán seguir adaptándose a la idea de que no pueden esperar constantemente las señas desde arriba; y los segundos han de asumir el riesgo de equivocarse que implica tomar decisiones con cabeza propia.
Para los "partidos" por venir ya están captados nuevos prospectos. Son esas micro, pequeñas o medianas empresas privadas que vienen con muchas ganas de hacerlo bien, de conectar sus propios “jits”, lograr “ponches” de buena factura y hacer "atrapadas" de leyenda sobre el escenario local. Sí, porque la economía de Las Tunas a partir de ahora será mucho más cosa de jugar en equipo.
