Cultura Jesús Alejandro Rodríguez Morell Actor del guiñol Los Zahoríes 1

Las Tunas.- Miro las fotos en sepia o claroscuro, tocadas por el tiempo, y me pregunto cuántas historias resguardan, cuántos nos falta por contar. Jesús Alejandro Rodríguez Morell es uno de esos nombres imprescindibles en la historia del teatro en Las Tunas. Murió demasiado pronto (con 41 años), pero su estampa está ligada a nuestra escena y eso no debe morir. El guiñol Los Zahoríes lo acogió, y él, agradecido, le hizo florecer, junto a otros igualmente valiosos.

                                                                                      DESEMPOLVANDO RECUERDOS

actor guiñolJuan José Rodríguez Morell, escritor, dramaturgo y otrora director del guiñol Los Zahoríes, era primo hermano suyo por ambas partes de la familia. Sentado cómodamente en su hogar, rodeado de libros y fotografías antiguas, me cuenta que, aunque Jesús no es fundador del guiñol como él, sí fue de los primeros en entrar a la institución.

"Después de que regresaron de La Habana los muchachos que cursaron estudios en la Escuela Nacional de Formación de Grupos de Teatro Guiñol, a algunos de ellos se los llevaron para el Servicio Militar y nos hicieron falta nuevos actores. Ahí entró Jesús. Él era aficionado al teatro e, incluso, formaba parte de un grupo llamado Arquímides Pous, dirigido por Octavio Espinosa. Yo también integré esa cofradía, que tenía gran aceptación", narra Juan José.

También rememora cómo en esos inicios, en los que el guiñol no estaba profesionalizado, tanto él como Eloísa de Robles emprendieron varias tareas para revertir esa situación. "Entonces buscamos un grupo de jóvenes que fueron probados para comprobar aptitudes escénicas. Estaba instituido el Sistema Nacional de Evaluación Artística, para el cual primero hacíamos una preselección a nivel de provincia y los elegidos se presentaban al siguiente nivel, ante una comisión nacional. Jesús pasó dignamente por todo el proceso. Hablamos de los primeros años de la década del 70.

"Recuerdo que él, Octavio y yo formamos -además- un grupo de payasos, que trabajaba en cumpleaños, sin fines de lucro, cuando vino todo ese proceso de evaluación. Y desde esa etapa ya se notaba que tenía vis cómica y madera para desempeñarse sobre el tabloncillo".

Juan José remarca que el parentesco nada tuvo que ver con sus resultados, que todo lo ganó con talento y esfuerzo. "Imagínate que Jesús llegó a ser hasta director general del guiñol Los Zahoríes, en el tiempo en el que -desempeñándome en esa función- me mandaron para Angola, como parte de una misión internacionalista con carácter militar. Al regresar, además de seguir al frente del guiñol, me dieron la tarea de dirigir el Teatro Dramático, pero Jesús siguió ayudándome con la dirección artística y otras faenas. Y como actor se insertó en muchas obras. Incluso, a veces trabajábamos en puestas para adultos junto al 'Dramático'. Éramos muy dispuestos, no pensábamos tanto en el dinero", explica el autor de Automóvil de la fantasía, y otros títulos.

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El fundador del guiñol enfatiza en el carácter afable de su colega, en la disposición hacia el trabajo y también en la creatividad que le llevó a dar vida a valiosas ideas que impulsaron aquí la manifestación. "A él se le ocurrió hacer una actividad mensual que se llamaba Día del Teatro en Las Tunas. Cuando correspondía la fecha, todos los grupos escénicos de nuestro municipio, dígase 'Dramático', guiñol y los aficionados que mostraban cierta calidad ofrecían funciones en diferentes horarios, de manera corrida. De hecho, teníamos un convenio con Educación para que diferentes escuelas sacaran sus bandas a la calle y hacíamos un desfile desde La Feria hasta el teatro Tunas. Participábamos actores, niños, familias..., era algo bien hermoso.

"Luego de ese periplo, en el teatro Tunas se presentaban propuestas para adultos y, en el guiñol, infantiles. Eran ocho o nueve piezas al día, compartidas consecutivamente. Otra de sus ideas fue el Festival Tunita, que se hacía una vez al año. En ello se involucraban varios grupos del territorio, se realizaban actividades en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac)..., y así estuvo funcionando por algunos calendarios".

Obras como El adivino cachucho, La lechuza ambiciosa o Pedro y el lobo, llevadas a escena bajo la égida de Juan José, contaron con la actuación de Jesús. Mientras que en otras, al estilo de Sueño de un abuelo (para adultos), no solo se desempeñó como actor, también las dirigió artísticamente.

"Una vez decidimos que todos los meses íbamos a dar una actividad en otro municipio, y, como teníamos armado, entre el guiñol y el 'Dramático', un equipo compuesto por carpintero, peluquera, atrecista, maquillista..., se me ocurrió que también podíamos emplear esos oficios en beneficio de las comunidades. Y Jesús siempre dio el paso al frente. Luego de dar la actividad, hacíamos labores sociales, desde pelar a quienes lo desearan o arreglar una pieza de vestir, hasta ayudar a entablar una casa o poner un techo", añade.

También recuerda cómo "en una ocasión vino de Holguín un fonomímico llamado Rafael Baltre y a Jesús le gustó su trabajo, porque si hay algo digno de reconocer en él es que le gustaba experimentar. Enseguida se acercó a Baltre e hicieron un dúo que trabajaba en diversos lugares. Esa fue una labor que abrazó hasta su fallecimiento".

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Juan José guarda con orgullo uno de los diplomas alcanzados en su carrera. Es un lauro obtenido en un concurso de teatro para niños nombrado Jesús Alejandro, en honor a su compadre. Aunque este certamen lamentablemente ya no existe, mirar el documento le recuerda a su primo hermano "chévere, de buen carácter, que le gustaba ayudar a los demás y siempre dispuesto a cualquier tarea". Por eso no duda en afirmar: "Merece ser recordado".

Pero él no es el único que atesora gratas vivencias junto a Jesús, que -además- trabajó en el policíaco cubano Día y noche, específicamente en el capítulo Su propia guerra (II). Ivo Dovale, quien integró el guiñol entre 1977 y 1995, lo recuerda como "una persona preparada teóricamente, con conocimientos en la dirección artística, aunque -como todos los actores- se destacaba en unos papeles más que en otros". Me cuenta que fueron juntos a varios cursos y talleres, que se interesaba por la superación y, en los últimos tiempos, realizó trabajos de ventriloquía.Cultura Jesús Alejandro Rodríguez Morell Actor del guiñol Los Zahoríes 5

"Asimismo, fue un iniciador del grupo Luz Negra y formó parte del Conjunto de Payasos de Las Tunas. También hacía trabajos en calles y cabaré. Escribió algunas obras de teatro, aunque no todas se llevaron a escena. Era muy activo, sociable, correcto, respetuoso... En general, un buen compañero y amigo".

Emelia González Durañona, una de las primeras actrices del guiñol, agregó por su parte: "Le importaban los detalles. Era muy organizado. En un blog grandísimo anotaba las obras, quiénes trabajaban, dónde se presentaban, la cantidad de público... Desgraciadamente muchas de esas cosas se perdieron".

Vuelvo a mirar las fotos en sepia o claroscuro, y parecen decirme que Jesús fue aún más, que aunque hayan pasado los años y los recuerdos a veces se tornen nebulosos, ahí hubo un artista que tiene mucho por enseñar todavía.

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