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Las Tunas.- "Desde adolescente escribía algunos cuentos y poemas cursis, pero un anuncio en una vidriera de la capitalina calle Obispo, en el año 2000 (a mis 30 años de edad), me acercó por primera vez a un taller literario y ahí mi vida dio un giro total", cuenta a 26 el habanero Lázaro Alfonso Díaz Cala, ganador del Concurso de Narrativa Guillermo Vidal, resultado dado a conocer este 10 de febrero, al cierre de la jornada literaria que lleva el nombre del autor de Matarile.

El jurado, integrado por Eugenio Marrón, Nelton Pérez y Aida Bahr, le entregó el premio por unanimidad, entre 14 obras presentadas, entre otras razones, "por proponer una exploración de la naturaleza humana por medio de un juego literario".

"Casi todo lo que sé de Literatura se lo debo a Jorge Alberto Aguiar Díaz, mi primer asesor literario. A partir de ahí, han nacido cientos de poemas y relatos, y varias novelas", expresa el vencedor. Luego me cuenta que Escombros, aunque puede leerse como una novela independiente, es la continuación de Donde amores hubo, cuentos quedan, ganadora del Regino Boti en el 2018.concurso literatura las tunas
"En la primera parte Alberto del Monte Valdés, su protagonista, cuenta la historia de los amores de su vida, mientras intenta escribir un libro de cuentos policiales. El protagonista tiene un accidente y es operado de urgencias. En dicha operación inicia Escombros, donde Alberto comienza una vida diferente, en silla de ruedas: depender de los amigos y vecinos para valerse, aprender a andar su casa y realizar sus necesidades primarias desde su invalidez, resistir la nostalgia por los amores, por lo perdido. Si algo lo reconforta es que tanto sus amigos del barrio, como uno de esos amores, jamás lo abandonan. Y mientras transcurren los meses, Alberto continúa escribiendo cuentos policíacos que se intercalan en los capítulos".

A pesar de que el personaje es completamente de ficción, así como las historias, Lázaro Alfonso confesó sentirse identificado con la manera de pensar y actuar del protagonista. "Escombros pudiera ser una novela erótica, o policial, o simplemente páginas de remembranzas, siempre con toques de humor, insertada en la sociedad cubana actual. Ojalá logre atrapar el interés de los lectores que a ella se acerquen", agregó el autor.

Es la tercera vez que este miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba envía al "Guillermo Vidal", incluso, en la pasada edición, obtuvo mención su libro de cuentos Las cartas no siempre lo dicen todo. "Ganar un concurso siempre es una gran felicidad, una satisfacción a las horas, meses y años dedicados a cada libro. Por supuesto, alienta además, la esperanza de ver en algún momento el libro impreso circulando por las librerías, para poder regalar ejemplares a mis hijas y mi esposa, las tres personas más importantes de mi vida, dedicarlo también a mis padres, que deben sentirse orgullosos de mí, desde su mirada celestial, y a muchos amigos que persiguen mis libros", expresó el poeta, narrador, compilador y haijín.

"Siempre he visto el Premio Guillermo Vidal como uno de los concursos más importantes del país. He leído algunos de los libros ganadores, y estar entre la lista de los laureados es una enorme complacencia. Conozco, además, parte de la obra del inmortal Guillermo Vidal, de quien he leído varios libros, entre ellos recuerdo con mucho agrado: Las alcobas profundas y Las manzanas del paraíso. En mi librero, esperando por leer, están La saga del perseguido y Matarile, los cuales repasaré muy pronto.

"Vidal es una de las figuras cimeras de la narrativa cubana, renovador del estilo de contar, su prosa nos envuelve y cuando comenzamos su lectura, cuesta dejar el libro sin haberlo terminado. Sin dudas, sentí una enorme felicidad al descolgar el teléfono y escuchar la noticia de que mi novela Escombros obtenía ese premio. Felicidad triple: ganar un concurso, que fuera el 'Guillermo Vidal' y que lo hiciera con Escombros, uno de los libros que más he disfrutado escribir, el cual he revisado y reeleído incontables ocasiones, hasta conseguir el texto que reconoce el muy prestigioso jurado de este certamen".

El fundador del proyecto de haiku La Luz del Faro ha obtenido numerosos lauros, entre los que figura el Premio David, en el 2011, con la novela para adolescentes y jóvenes En cada tiempo y en este lugar. También conquistó en el 2018 el Premio de Narrativa Regino E. Boti con Donde amores hubo cuentos quedan; el "Rafaela Chacón Nardi", en el 2009, con El acoso de mis fantasmas; y el "Adelaida del Mármol", en el 2019, con Por distintas aceras.
Además de haber publicado numerosos libros, ha compilado varios volúmenes de narrativa cubana contemporánea como El silencio de los cristales, cuentos sobre la emigración cubana (Ediciones Unión 2018), El sabor de la luz, adolescentes cubanos del siglo XXI (editorial José Martí 2021), así como otras que se encuentran en proceso, por diferentes editoriales cubanas.

Lázaro Alfonso Díaz Cala es graduado de Contabilidad y trabaja en el Banco Financiero Internacional desde casi 19 años. Aunque ha dedicado 35 al sector bancario, no abandona esa pasión por las letras que descubriera algún día, en la génesis de sus tres décadas de vida, frente a cierto anuncio en una vidriera de la capitalina calle Obispo. Por eso no extrañan sus palabras al despedir la entrevista: "Tengo el compromiso conmigo mismo de continuar escribiendo, de que cada cuartilla sea mejor que la anterior".

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