Las Tunas.- Quienes en la noche de este sábado, 12 de marzo, asistieron a la primera graduación de la Escuela Nacional de Clown, fueron testigos de instantes estremecedores, pero nadie estaba preparado para las lágrimas derramadas por Betsy María Pérez Plá ante las palabras de Ernesto Parra Borroto, fundador y maestro de la Academia, cuando le entregó su certificado. Bet, como se le conoce, luego de una vida ligada a las artes desde el canto, el baile y más tarde la actuación, recibió su título de graduada, junto a sus compañeros de estudio a los que ella califica como familia.
-¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el mundo teatral?
“Desde pequeña estuve vinculada con el canto y el baile, participaba en actividades comunitarias en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), fui invitada a varias peñas de Carlos Dragoní y talleres de la casa de cultura. Un recorrido bien largo.
“Antes de entrar aquí hice las pruebas para la Escuela Profesional de Arte de Bayamo, las aprobé, pero luego de un tiempo abandoné ese proyecto. Gracias a Dios conocí de la Escuela Nacional de Clown, y a pesar de no saber exactamente en qué se basaba decidí hacer los exámenes. Poco a poco me fui adentrando en este mundo e interioricé lo que era el clown”.
-¿En qué obras representativas te has involucrado a lo largo de tu formación?
“Mi primera obra fue Narices en el primer año, muy complicada con considerables escenografías, propia del grupo Teatro Tuyo, además de las pruebas de actuación y el arte circense, con pequeñas cosas que quedan guardadas para espectáculos futuros. Realicé, además, el monólogo El aborto, con el que examiné en otra ocasión. Participé en el XXX Festival Internacional de Payasos, con un performance final, y, por último, la función Parque de sueños.
“Tengo como metas evaluarme, ir creciendo poco a poco y permanecer en Teatro Tuyo. Es emocionante, luego de todo lo que ha ocurrido. Algunos se han quedado en el camino por su propia decisión, pero hemos pasado por muchas cosas juntos. Para mí ha significado una nueva familia, con sus regaños, consejos, con todo...
“Cuando entré aquí a hacer las pruebas, desde el primer momento que vi una obra me di cuenta de que era un reto grande, porque el clown es algo distinto, diferente de lo que era actuar. Cuando nos familiarizamos comprendimos que todo era un sueño”.
Entre abrazos, sonrisas y algunas lágrimas transcurrió la noche para Betsy y sus ahora colegas de profesión, en compañía de los que con cariño durante los últimos dos años y medio compartieron sus conocimientos y dotaron a los jóvenes actores de las herramientas necesarias para lograr este sueño lleno de magia.