Las Tunas.- No es la primera vez que dos mujeres encabezan el Gobierno en esta provincia del oriente cubano, pero el que lo hagan ahora, a menos de cinco años del establecimiento de la actual estructura, nacida de la Constitución del 2019, parece indicar un paulatino giro hacia el protagonismo femenino, también en este ámbito.
Cuando Yelenis Tornet Menéndez y Juana Yamilka Viñals Suárez tomaron posesión como gobernadora y vicegobernadora de Las Tunas, respectivamente, en diciembre pasado, concretaron un liderazgo femenino al frente de unos órganos que todavía no habían cumplido los cinco años de existencia. ¿Está cambiando el balance de género en el Gobierno del Balcón de Oriente?
LOS NÚMEROS DE CUBA… ¿Y LAS TUNAS?
Las estadísticas indican que en lo que va de siglo la relación entre la población masculina y femenina del país se inclina favorablemente en beneficio de la segunda, algo que ha estado ocurriendo también en Las Tunas por lo menos en el más reciente quinquenio. Eso significa que, si bien la población efectiva de la nación y del territorio tunero sigue disminuyendo, el porcentaje de mujeres con respecto al total se incrementa. Si en el 2018 eran el 49,2 por ciento de los habitantes de la tierra de Vicente García, al cierre del 2023 ya eran casi la mitad de los residentes efectivamente aquí (49,9 por ciento), aunque en los municipios de Las Tunas y Colombia son más de la mitad de sus habitantes.
Sin embargo, la presencia femenina dentro de la población en edad laboral aquí cayó en medio punto porcentual entre el 2021 y 2023. Paralelamente, son más las mujeres que emigran que los hombres que lo hacen, pues en el 2023 eran tuneras el 51 por ciento de quienes se fueron a vivir fuera de esta provincia.
De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), tras el más reciente proceso electoral a escala nacional el 44,1 por ciento de los cargos sometidos al sufragio están ocupados por mujeres. Con respecto al momento electivo previo (2017-2018), eso supuso un crecimiento de casi seis puntos porcentuales de su presencia en los gobiernos locales del país.
La propia fuente, citando la Encuesta Nacional de Ocupación, destaca que 42 de cada 100 puestos directivos eran ocupados por ellas al cierre del 2023; apenas cuatro años antes eran solo 36 de cada 100. La proporción de mujeres en puestos directivos, pero de rango intermedio o superior, es incluso mayor ubicando al cierre estadístico del 2023.
¿Y cómo le va a Las Tunas? En nuestro suelo ellas son el 41 por ciento de los delegados de circunscripción electos en los más recientes comicios y acaparan la mitad de todos los puestos profesionales en los gobiernos municipales. Curiosamente, si examinamos a cada una de las demarcaciones notamos que en los municipios del norte tunero las mujeres priman entre los cuadros gubernamentales, no así entre los delegados electos; mientras que en los municipios sureños, salvo Jobabo, ocurre lo contrario porque allí la ciudadanía eligió a más mujeres para que los representara en las asambleas, pero hay más hombres entre la burocracia gubernamental. Por su lado, en el municipio capital el desbalance es más evidente: 52 por ciento de los cuadros de Gobierno son mujeres, pero ellas apenas son el 39 por ciento entre los delegados; en Majibacoa los porcentajes se reparten así: 53 dentro del funcionariado y 40 entre los delegados.
Alienta notar que entre los puestos más importantes de las asambleas tuneras siempre hay una mujer, ya sea en la presidencia o la vicepresidencia; incluso, en los municipios de Manatí y Majibacoa ellas están en ambos puestos.
LO NO DICHO POR LAS ESTADÍSTICAS
Ahora bien, ¿significan los guarismos citados que todo está resuelto en materia de equidad? Los analistas no las tienen todas consigo porque, alertan, para ellas el desafío sigue siendo colosal. Más aún, tratándose de asumir responsabilidades que implican literalmente la suerte de un número considerable de sus compatriotas. Si ya de por sí afrontar el reto de dirigir el Gobierno es duro para los hombres en Cuba, considerando las cambiantes y a menudo tensas condiciones en las que deben desempeñarse, para ellas lo es más porque no han desaparecido en el imaginario colectivo las visiones patriarcales del asunto.
"No basta estar empoderada, sino que ese poder debe ser efectivo. Las instituciones fueron creadas por hombres, y están estructuradas de determinada manera que las mujeres acaban convirtiéndose en supermujeres. Ese modelo se termina naturalizando, pero tiene costos personales, familiares, para la salud y el autocuidado de las mujeres", estimaba Farah Saucedo, vicepresidenta del Tribunal Supremo Popular en ocasión del debate propiciado por la revista Temas para analizar esta cuestión.
"Todavía, añadía Saucedo, cargamos con muchos estigmas que condicionan el trabajo en las instituciones, como, por ejemplo, el tener hijos, responsabilidades de cuidados o la edad. Por eso es necesario el desarrollo de instituciones de apoyo como los círculos infantiles o los asilos de ancianos. Muchas veces las tareas asignadas por la sociedad a las mujeres representan obstáculos para su desempeño laboral".
En el mismo foro Marta Núñez, socióloga, investigadora y profesora, se preguntaba si el aumento de las mujeres en los cargos de dirección apreciado en el país entre el 2019 y 2023 podría deberse también a que los hombres hayan migrado a espacios de trabajo privado.
A su lado Lizette Vila, realizadora audiovisual y directora del proyecto Palomas, destacaba la fortaleza en pos de la equidad de género que es la existencia de varios documentos legales imprescindibles para atender los problemas de las mujeres: Ley de Prevención de la Violencia de Género, la Ley Integral de Cuidados, la Constitución de la República, el Código de las Familias, el Programa de Adelanto de las Mujeres, entre otros. "Lo que sucede es que muchas de esas leyes, dijo, no vibran porque vienen de arriba, se implementan de manera vertical".
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Como un ejemplo del adelanto de la mujer calificó Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el que Yelenis Tornet Menéndez y Juana Yamilka Viñals Suárez sean, en ese orden, la gobernadora y vicegobernadora de esta provincia. Es "una muestra de empoderamiento femenino y del protagonismo que asumen las mujeres en la conducción de las principales tareas del país", opinó también en la toma de posesión de ambas el primer ministro de la República, Manuel Marrero Cruz. Definitivamente es una buena noticia, más si tomamos en cuenta que para ver a dos mujeres haciendo el 1-2 en la ya extinta Asamblea Provincial del Poder Popular hubo que esperar más de 30 años hasta que en la década pasada Lilian González Rodríguez y Vitalina Álvarez Torres se desempeñaron en esas responsabilidades. Ahora bien, tomemos nota del mensaje y ampliemos esa equidad en el Gobierno, en la casa, el trabajo y cualquier otro sitio donde todavía no pasa de ser un discurso. Eso nos hará más revolucionarios a todos.