Las Tunas.- Desde que era apenas un muchacho y andaba detrás de su familia en la crianza de animales, allá por la zona de Guamo, provincia de Granma, Mariano Corría Vargas quería dedicarse a la cura y cuidado de los cerdos, las vacas, los chivos...
Por su corta edad no sabía qué era la veterinaria, pero intuía su importancia, y se detenía a mirar cómo uno de esos médicos inyectaba a los cerdos y los revisaba minuciosamente en sus exámenes físicos.
Así creció y un día se fue a estudiar Veterinaria, en su nivel medio. Cuando egresó tenía en su cabeza un mundo de ideas para cuidar las masas en cualquier lugar del campo. Llegó a Las Tunas, hace ya algunos años, y hoy, en Las Catalinas, una unidad empresarial de base (UEB) de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, siente cómo se han concretado sus sueños.
“Las Catalinas es un gran lugar, con un gran colectivo. Aquí todos cuidan a los animales, no solo yo, que soy el responsable. Por eso me siento tan bien aquí, porque los trabajadores saben que los animales son seres vivos que requieren de cuidados, no es solo curarlos cuando se enferman, es ocuparse de ellos constantemente y eso se logra en esta unidad”.
De todos los animales, para Mariano los cerdos requieren de cuidados especiales: limpieza y desinfección de la granja, almacenamiento, control, suministro y uso de agua; manejo, almacenamiento, control y suministro de alimento, manejo de medicamentos y vacunación, y eso requiere de una atención constante y diaria.
“A los cerdos hay que verlos todos los días porque son muchos los factores que tienen en contra, sobre todo en los primeros meses de vida. Y es lindo verlos crecer sanos y con buen peso según la etapa, pero también requieren de un cuidado esmerado los conejos, las gallinas, los vacunos... ”.
De acuerdo con sus opiniones, es el servicio veterinario el que puede determinar la enfermedad definitiva de un animal, porque lleva el control de la epizootiología de los animales, de todas las vacunaciones y, por consiguiente, es el responsable con la producción de huevos, leche y carne porque, si no hay salud, no hay producción.
“La veterinaria es todo. Es algo bonito, pero tiene que ocupar a la persona. Creo que se debe seguir fomentando la formación de nuevos veterinarios porque el país continúa desarrollándose y la masa animal también. Eso solo se logra con buenos veterinarios”, dice y se aleja hacia el fondo de la unidad dedicada a la cría de cerdos, donde hay uno de los más pequeños con poco apetito y eso le ocupa el tiempo, dentro de ese mundo que siempre quiso y en el que todos los días aprende algo nuevo.