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Puerto Padre, Las Tunas.- Hace 12 años, Jorge Félix García Velázquez inició, desde Güira de Melena, el camino de regreso hacia su natal Puerto Padre, no solo con sus objetos personales sino con la voluntad de ayudar a su madre y hermana y de seguir siendo útil para la sociedad.

Por esa fecha recibió en usufructo 4,3 hectáreas (ha) y se decidió por algo casi insólito en la provincia de Las Tunas; pero, ya lo había experimentado en tierras habaneras y su formación como ingeniero agrónomo le decía que sí, que podía dedicarse al cultivo de la uva.
“Fue muy difícil, de verdad. La idea no tuvo aceptación entre mis colegas. Muchos pensaban que sería un fracaso. Pero, seguí adelante, teniendo presente lo aprendido durante mi formación académica. Llegué a sembrar más de cuatro mil plantas de la uva grande.proyecto prod yenima 7

"Luego tuve que eliminar esa población porque se dañó por hongos. Me quedé con las pequeñas, que también enferman, pero se pueden recuperar. Actualmente tengo 54 plantas en producción”.

Poco a poco sus tierras -cercanas a la escuela secundaria básica urbana José Maceo- empezaron a cambiar y en ello ayudó mucho Tania, la hermana convertida en brazo derecho, porque no solo colabora físicamente, sino que lo estimuló a seguir cuando las esperanzas disminuían.

proyecto prod yenima 4“Ella es licenciada especialista en Materno Infantil y lleva 34 años de trabajo en el salón de partos. Acá trabaja mucho en su poco tiempo libre, siempre poniendo su amor en lo que hace para lograr el cultivo con calidad. También cuento con mi esposa y mi madre, quien hace algunas labores ligeras.

“Apenas había recursos para iniciar. Innové con postes vivos de moringa y varas de bambú y king grass para hacer el parral y mantenerlo en alto. También decidí aplicar técnicas agroecológicas para no depender de nada y garantizar lo que necesitaba.

“Desde que me gradué en 1991, he estudiado mucho; más en esta época en la que le he puesto todo mi corazón a la actividad. No fue fácil, pero al fin está logrado”.

Decidido a no rendirse, Jorge Félix diseñó su logo “con la imagen de mi padre convertido en santo, como un homenaje por la educación de sus hijos. Ahora la finca y las producciones se llaman San Joaquín, en recordación a él, quien falleció en el año 2000”.

Su rumbo se multiplica por estos tiempos con la aprobación de un proyecto de desarrollo local por el Consejo de la Administración de Puerto Padre, el cual estaba previsto para el 2022 y se adelanta porque disponen de algunos de los recursos requeridos.

“Estamos en los trámites. Ya se liberó parte del financiamiento y damos los primeros pasos para la construcción de una minindustria que no solo procesará uvas, por lo que vienen meses de mucho trabajo.

“Ahora hay media ha de viñedos, los que deben extenderse hasta 1,5, y el resto se dedicará a frutales y hortalizas para su procesamiento. Pensamos sembrar guayaba, anonáceas, coco, cereza y otras variedades de frutas para hacer jugos y conservas.

“El proyecto dará empleo a 12 personas, entre la atención de las tierras y la minindustria, y pretendemos priorizar a las mujeres, además de fortalecer el compromiso de cuidar el medio ambiente.

proyecto prod yenima 1“Por la ubicación de las tierras, colindantes con el manglar, pertenecemos a la Tarea Vida y la finca será un pulmón para la ciudad. Además, haremos el vinagre con los subproductos del vino y lo que quede de esas producciones será alimento para las lombrices y con su humus fertilizaremos los sembrados”.

El vinagre de uvas San Joaquín tiene un sabor inigualable, comentan quienes lo han probado en la cooperativa de créditos y servicios Ramón Rodríguez López y en otros sitios del norteño municipio. Y seguramente así será con el resto de los surtidos, cuando eche a andar el proyecto.

Esa es la meta de este productor, quien pretende llegar a más de tres mil 300 plantas de uva en dos años y cuidarlas para que duren mucho tiempo, pues si se les dan todas las atenciones culturales pueden vivir entre 75 y 80 años.

Larga vida entonces a Jorge Félix, la finca San Joaquín y a un sueño que cambiará la existencia de muchas familias a la vez que contribuirá al desarrollo de Puerto Padre y de todo el territorio tunero.

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