Al soldador Noel Álvarez Batista lo motiva sobremanera la recuperación de las masas que muelen la caña.
Las Tunas.- Sin altanería, pero por lo que hace, el joven soldador Noel Álvarez Batista se siente, importante no, importantísimo, "porque estoy ayudando a la Revolución, creando condiciones para sacarles más azúcar a las cañas y así contribuyo con los esfuerzos del país para salvar el sector agroazucarero", me dijo en áreas de basculador y molino, donde lo encontré en los días más arduos de la reparación del central Antonio Guiteras, del poblado de Delicias, en el municipio tunero de Puerto Padre.
Con esa convicción rendía el máximo de sus esfuerzos en la rehabilitación de las enormes masas que reciben la materia prima en la primera parte del proceso de producción, "lo que hacemos, dijo, permite exprimir un poco más a las cañas, sacarles el máximo de guarapo y, por tanto, darles un mejor aprovechamiento cuando llegan al central. Hay que dejarlas secas para que rindan lo mejor posible".
Y ese es el propósito que motiva a Noel y a sus colegas en la batalla por aumentar la eficiencia industrial, "pues la recuperación de estas masas tiene un gran impacto en el resultado de la molienda y ahorra divisas al país, en tiempos que escasea el dinero y los precios suben, mucho más para un país bloqueado como Cuba".
El día que hablamos habían pasado por sus manos y las de sus compañeros 16 de los 18 medios de ese tipo integrados al sistema, pero ellos conocen el valor de su tarea, "el trabajo es literalmente agotador", comentó Noel, y aseguró que nunca ha pensado cambiar de centro ni de profesión, "en este ingenio me siento a gusto. Me llevo bien con todo el mundo. Somos una gran familia".
¿Cómo se repara una masa?
"En la reparación utilizamos distintos tipos de electrodos, por ejemplo 7018, 7013, 807 y 670, y con ellos les corregimos todos los desgastes, hasta los más mínimos detalles que crean desniveles como consecuencia de su constante uso en el proceso de producción".
Explicó que en esa misión interactúan, además, mecánico, ayudante y aparejador, y "cada uno desempeña un rol decisivo para garantizar la calidad del trabajo final. Así, las masas recuperan la vitalidad y extienden su vida útil", enfatizó.
La juventud y la experiencia acumuladas en sus 39 años de vida respaldan sus valores, distinguidos por ese amor al trabajo que en áreas del ingenio comparte con un hermano, y que lo impulsa cada mañana a la separación familiar por jornadas largas y agotadoras.
"Yo era obrero de ZETI (Empresa de Servicios Técnicos Industriales, del grupo Azcuba) y hace seis años que vine para el central. Me hice soldador, me gusta lo que hago y me siento realizado. El salario es bueno; eso sí, para ganar hay que trabajar duro", aseguró en la despedida, y expresó la certeza de que en esta fábrica los jóvenes pueden encontrar espacios para su realización personal y profesional.
Sin demostrar agotamiento, Noel lleva el peso estratégico del azúcar y de las masas en su conciencia, que lo convierten en un trabajador responsable, productivo y cumplidor.
