Las Tunas.- El autoabastecimiento municipal de alimentos en esta provincia del oriente cubano aún debe avanzar más, dijo el miembro del Buró Político y vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, tras evaluar el asunto de conjunto con las principales autoridades del Partido, el Gobierno y el Ministerio de la Agricultura (Minag), así como empresarios del sector en este territorio.
Junto a Manuel Pérez Gallego, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido aquí, y Jaime Ernesto Chiang Vega, gobernador provincial, Valdés Mesa examinó lo que se ha hecho en cuanto a áreas sembradas, cosechas obtenidas, contratación, vigilancia de los impagos a los productores, más los proyectos de colaboración y eventual inversión extranjera en el sector de la agricultura tunera. En los últimos tres años, Cuba emprendió una amplia estrategia en este sentido, cuya máxima expresión es la Ley de Soberanía Alimentaria que se someterá a consideración en el Parlamento cubano en su próxima sesión, explicó.
Según las estadísticas del Minag, hasta el cierre de febrero pasado Las Tunas había sembrado 891 hectáreas menos que en igual momento del 2022 de las viandas, hortalizas, granos y frutas incluidas dentro del programa diseñado para que al menos se cosechen de esos mismos productos un total de 30 libras por cada habitante. Los propios registros oficiales indican que entre 2020 y 2021 el Balcón del Oriente Cubano incrementó en un tres por ciento las áreas sembradas de esos renglones, y para las campañas de primavera y frío del actual 2022 se ha propuesto mantener esa tendencia. Otros datos indican que la producción física de tales cultivos es un 18 por ciento superior a la obtenida al cierre de febrero del 2021.
Sin embargo, el vicepresidente cubano hizo notar que la provincia todavía no concreta dichos incrementos con la integralidad requerida. “Tenemos que hacer un esfuerzo de conciliación entre empresas, ministerios y los gobiernos municipales. Es importante la planificación con respecto a la población y los recursos disponibles”, observó. Refiriéndose al indicador de las 30 libras aclaró que debe ser apenas una referencia, pues el desabastecimiento de otros productos alimenticios elevó la demanda de los agropecuarios incluidos en dicho parámetro.
Valdés Mesa calificó de exitosa la política de comercialización emprendida desde el año pasado. “Todo lo que coseche el productor tiene que tener la posibilidad de venderlo”, comentó. Lógicamente, admitió, los precios son altos; problema que, aclaró, no se resolverá topándolos.
También recabó información específica sobre la labranza y procesamiento de los granos. Escuchó que la liberalización de los precios de compra del maíz y el frijol por la Empresa de Granos, incentivó su cultivo. Una excelente noticia frente a la recién terminada Planta de Secado y Empaque. La tierra de Vicente García es la mayor productora de frijol caupí de Cuba y la elevación de las cotizaciones de compra por la referida entidad igualmente motivaron a sus cultivadores; tanto es así que esta sería una opción viable como alimento animal sustitutivo de la soya, informaron directivos de esa empresa.
“Para la sustitución de importaciones de alimentos es clave revisar sus precios en el mercado internacional. Esa tiene que ser la referencia”, indicó Valdés Mesa. Al mismo tiempo orientó avanzar en las experiencias que hasta ahora son prometedoras del cultivo de maíz en municipios como Amancio.
Tras escuchar del impacto que tuvo aquí el alza del precio de compra de la leche vacuna, el vicepresidente cubano expresó: “Hay que trabajar con todos los productores, no solo con quienes han firmado el contrato. Tiene que haber un cambio en los estilos de contratación, y crear una infraestructura jurídica y de gestores capacitados”.
Igualmente se detuvo en la evolución del establecimiento en esta parte del país de los colectivos laborales. La fórmula ideada por el Estado para que los obreros agrícolas de las entidades públicas del sector agropecuario obtengan mayores ingresos como resultado de su labor. “Es importante la selección del jefe de colectivo, que tenga conocimientos, pericia y capacidad de gestión de la fuerza de trabajo”, insistió. El propósito del Gobierno cubano, anticipó, es poner a todos los labriegos en igualdad de condiciones, para lo cual vendrán cambios que continuarán fortaleciendo a las empresas estatales en la rama agropecuaria. “El Estado tiene que ser eficiente también”, expuso.
“La responsabilidad del Sistema Estatal de la Agricultura es producir y acopiar. Sigue siendo prioridad que los campesinos vendan lo más directo posible. El Estado no puede perder su rol regulador sobre la calidad e inocuidad de los productos agropecuarios”, concluyó.
