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Las Tunas.- Roberto Jiménez Peña llegó muy temprano a su consultorio, en el área de Salud del policlínico Guillermo Tejas. Traía consigo muchas certezas y una confianza inquebrantable en su "Abdala", la vacuna nuestra, la de todos los cubanos. De un lado, su esposa Yolanda Labrada Rivero, y del otro, su hija Yoliannis Jiménez Labrada, le complementaban la felicidad.

roberto abdalaRoberto.Fue el primero allí en recibir la inyección salvadora. “Para mí representa mucho estar vacunado. Agradezco y confío en la Revolución que me ha permitido ser parte de esta historia”, dice visiblemente emocionado este hombre de poco más de cinco décadas.

A unos metros, Yoliannis escucha atenta a su padre mientras espera el tiempo establecido, tras la inoculación, para volver al hogar. “Tengo 22 años y me siento muy orgullosa de llevar en mi hombro esta vacuna, que resume el esfuerzo y el desvelo de nuestros científicos. Además, doy gracias a Dios por darles la sabiduría y hacer realidad este anhelo”.abdala familiaYoliannis.

Justo a la entrada del consultorio, otros también esperan con el debido distanciamiento físico. Yolanda ocupa uno de esos puestos, alejada de los suyos, pues no pudo recibir la dosis en el instante que le correspondía. “Estoy muy emocionada, tanto así que me subió la presión”, suelta de un tirón y todos ríen.

Aun así, no lamenta haber sido de las primeras en acudir al encuentro con Abdala, pues vivió de cerca la alegría de muchos de sus vecinos, y reconoce la organización de todo el proceso, gracias a la labor de los representantes de las organizaciones de masas y del personal sanitario. Por suerte, su tensión se estabilizó y le administraron el inmunógeno. “Sí, sí, ya estoy vacunada -insiste y otra vez deja escapar una sonrisa que ni el mismo nasobuco logra opacarle-.

yolanda abdalaYolanda.Tras permanecer una hora bajo vigilancia médica, a Roberto y a su hija se les vio alejarse del lugar; Yolanda lo hizo un poco después. Aunque todavía deben completar el esquema de vacunación, esta familia abrazó una inmensa dicha, y prometió cuidarse mucho más, en honor a los hacedores de Abdala y a los tantos hombres y mujeres que no desfallecen frente a la Covid-19.    

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