Las Tunas.- Más que en las cifras globales, quizás cuando se vean ante el cartel de “cerrado por Covid-19” en la puerta de un establecimiento al cual necesitaban entrar, sea que muchos de nuestros conciudadanos reparen en el daño del nuevo coronavirus al desenvolvimiento diario de la producción y los servicios en esta provincia del oriente cubano.
Ciertamente, hasta el momento, ninguna institución estatal ha sido el punto de partida de un brote de la enfermedad en suelo tunero, informan los especialistas de Salud Pública. Algo que ya sufren en varias provincias cubanas y que, según alertó hace poco el Grupo Temporal Nacional, es la causa de buena parte de la propagación del SARS-CoV-2 en dichos territorios.
Sin embargo, los expertos señalan que en Las Tunas los focos de transmisión sí están incidiendo negativamente en el correcto funcionamiento de varias entidades públicas, cuando uno o varios de sus trabajadores ha resultado positivo o fue calificado como contacto de diverso orden; teniendo que permanecer fuera de su puesto por un tiempo.
A inicios de esta semana, por ejemplo, las acciones de vigilancia epidémica en nueve de los 17 focos de transmisión activos en toda la geografía territorial afectaban directamente a más de 150 empleados públicos de las unidades empresariales de base en Confecciones Melissa, Duralmet y Comercializadora Thaba; también a los de la sucursal del Banco Popular de Ahorro (BPA) en el reparto Santos, del Bufete Colectivo, el Tribunal Provincial, el taller de Transtur y de las panaderías La Ceiba y La Veguita; todos en el municipio cabecera. Igualmente abarcaban a docentes al frente de 36 aulas y nueve salones en centros de la Enseñanza Primaria, Secundaria, Politécnica o círculos infantiles de los municipios de Las Tunas y Puerto Padre.
Adicionalmente y solo hasta el pasado lunes, unos mil 900 estudiantes permanecían preventivamente aislados en sus viviendas, situación que también impacta en la dinámica económica, pues la necesidad de su cuidado eventualmente aleja a más trabajadores de sus tareas en el sector público o privado.
Aunque la indicación gubernamental es clara: no puede detenerse ningún proceso productivo o de servicio por el aislamiento total o parcial de un colectivo laboral, concretarlo pone en aprietos a los involucrados. En algunos casos lo logran echando mano a centros análogos que suplantan al paralizado, como lo hizo el BPA reubicando su servicio más perentorio, el pago de jubilaciones y pensiones, en una casa de cambio cercana. Mas, eso no es siempre posible si el edificio afectado es insustituible, tal cual se comprobó en semanas anteriores, cuando tiendas de la cadena Caribe, que ofertan productos en moneda libremente convertible, permanecieron cerradas durante varios días.
Por ende, en su contacto mensual con el empresariado local, las máximas autoridades políticas y de Gobierno en el Balcón del Oriente Cubano indicaron la reactivación de las comisiones que a lo interno de cada centro laboral vigilarán por el cumplimiento de las medidas higiénicas indicadas contra la Covid-19.
Manuel René Pérez Gallego, primer secretario del Partido en la provincia, hizo notar, además, la preocupante reversión de la apuesta de los directivos por el trabajo a distancia y el teletrabajo; mientras, Jaime Ernesto Chiang Vega, gobernador provincial, alertó sobre el peligro que desde el punto de vista epidemiológico supone el hacinamiento en oficinas u otros recintos de labor. Ambos advirtieron que la responsabilidad individual será siempre el factor determinante para cortar la propagación del nuevo coronavirus.
Todavía estamos muy lejos de saber cuánto le va a costar a la economía de Las Tunas la lucha contra la pandemia del nuevo coronavirus; empero, ese perjuicio cotidiano ya es palpable.
