Las Tunas.- En Las 40, la organización del punto de venta de gas licuado habla por sí solo de renovadas rutinas en la comercialización del demandado producto. Emelinda cuenta que se asombró cuando hace un par de días fue a averiguar cómo andaba el panorama, regresó a buscar el envase y antes del mediodía tenía la “balita” en su casa, a tiempo para el almuerzo.
“Este mes pude comprar el gas, sin pagarle ni un centavo a nadie. Los vecinos me avisaron que el jueves estaba fácil y fui con mi bastoncito. En un rato concluí la gestión y la verdad, nunca había visto tanta disciplina. No necesité domicilio. Ojalá siga así y no se malogre”, expresa Luisa Míriam, en las cercanías del lugar.
Alexánder Luna, al frente de ese enclave, comenta a 26 que ciertamente se ha optimizado el proceso de comercialización y, sobre todo, la comunicación con las personas que aguardan por la posibilidad de adquirir el combustible.
“Aquí hubo un cambio en todos los aspectos, se acabaron las listas de hasta 700 personas -enfatiza-. Implantamos un sistema de trabajo que permite que el cliente que se encuentre en la cola sea el que va a comprar. Temprano en la mañana llamamos a la empresa para conocer la disponibilidad y en correspondencia con el número repartimos los turnos, no hay necesidad de esperar en vano”.
Luna asegura que el abastecimiento ha estado muy bien en las últimas fechas, teniendo la facilidad de que con el ciclo de 26 días no se hagan las listas de antaño y, a su vez, se eliminen indisciplinas y demás violaciones.
“Hoy los pobladores de este reparto están muy contentos, siempre he dicho que cuando hay carácter y sentido de pertenencia en lo que uno hace, se logran resultados. Eso me ha costado a mí, incluso, hasta inconformidades con residentes a los que les gusta el desorden, pero en la comunidad he tenido mucho apoyo de los vecinos.
“Con este nuevo sistema no pueden marcarle a otra persona, pues requieren el contrato y el comprobante. Ya en el establecimiento no hay mensajeros ilegales, y mantenemos una comunicación constante con la gente, para que no se sienta ignorada o maltratada.
DE CONTRATOS Y OTRAS DILIGENCIAS
Rolando González Labrada, jefe del Grupo de Gas Licuado, comenta que a raíz de las insatisfacciones de los tuneros con respecto a la actividad, las largas filas de clientes y el negocio que generó para los más “habilidosos”, Cupet se vio precisado a idear estrategias y hoy ya son visibles los frutos.
A raíz de los desfavorables estados de opinión comenzamos a tomar algunas medidas, se realizaron análisis, valoraciones con los directivos -expone. La primera disposición fue encomendar a un miembro del consejo de dirección de cada punto, de organizar el funcionamiento de la cola y repartir los turnos atendiendo a la demanda diaria.
“Para esto se capacitó. Y de ahí surgió la necesidad de que nuestros establecimientos tuvieran como responsable, a su vez, a un miembro del consejo de dirección de la empresa, es él quien va a responder ante cualquier queja o insatisfacción de la población. Ahora existe mayor vínculo entre la entidad y el usuario.
Cambiamos a todos los trabajadores de los puntos, los rotamos, se hizo una distribución en aras de buscar más eficiencia, sentido de pertenencia y de variar las dinámicas”.
Argumenta que uno de los acuerdos al más alto nivel de Cupet aquí fue visitar las provincias suministradoras, con el objetivo de incrementar la provisión de gas licuado en Las Tunas, lo que trajo aire a favor, pues hoy ya los sitios de venta amanecen con inventarios y eso favorece la continuidad del expendio.
“Fuimos a Santiago de Cuba, que es donde está contratado nuestro abastecimiento. Allí se analizó el tema del transporte, es decir, todo el gas que entra al Balcón de Oriente tiene que venir con transportación santiaguera. Por problemas que ellos presentaron estuvieron trabajando solo con tres equipos para la región oriental, lo que nos perjudicó mucho.
“En estos momentos Santiago responde mejor porque nos prestaron un carro de Guantánamo, que nos da la posibilidad de extraer más cilindros, y ellos incorporaron medios de Transcupet al traslado.
“En la actualidad recibimos diariamente un promedio de dos mil 500 a tres mil cilindros, antes llegaban un poco más de mil. También tomamos como alternativa acercarnos a Camagüey, en caso de que falle parte del abasto por esa vía.
“Estamos autorizados a cargar por allá, pero es una planta de llenado manual, mucho más lento; acudimos con vehículos nuestros y ayudantes para agilizar el proceso. Hasta el momento van cada día con dos equipos y traen alrededor de mil 800 cilindros”.
Subraya que ahora se le vende a toda la población que acude temprano a los puntos, pues el producto amanece en suelo tunero y, por ende, se agilizan las dinámicas. Expone, además, que prepararon al personal involucrado para que siguieran una misma línea.
“Hemos buscado más eficiencia por cuanto lado sea posible. Montamos un sistema de pago en el almacén que permite laborar en un horario más amplio, en aras de estimular a estos obreros, ellos tienen por contrato ocho horas diarias y con tal decisión, mientras estén llegando equipos, ellos estarán allí, pero con su provecho económico”.
Por su parte, la tienda virtual incrementa los niveles de venta por la modalidad de recogida en su sede, ya que el transporte limita el servicio de mensajería. Con esta variante expende 100 cilindros y la pretensión es llegar a 200.
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En Buena Vista, La Victoria y otros repartos donde están los establecimientos de gas licuado, a decir de la población, estos han ganado en organización y disponibilidad del producto. El colectivo de Cupet, involucrado en la actividad, se esmera por hacer más eficaz su rutina laboral y demuestra que, finalmente, los esfuerzos fructifican en una faena que siempre estuvo entre sus competencias.