ipvce rey

Las Tunas.- Encontrarlo en los mismos pasillos, después de más de dos décadas sin contacto alguno, reedita de muchas maneras mi propio "viaje a la semilla". Vuelvo a perderme en el aula del Docente C, me veo de azul, uniformada y con el moño tan liso que ya ni me reconozco. Entonces rompe el murmullo del turno de Física aquella pregunta: "¿Por qué el cielo es azul?".

Aunque esquivo la mirada, sé que no voy a librarme… El profe Mercantete muy serio espera una respuesta. Yo intento aludir a la poesía, a Bécquer, "que importa de qué color sea…" y me llevo la primera reprimenda: "No se ría, la Física es cosa muy seria". Ante mi vergüenza, mi aula por lo bajo se deshace en carcajadas.

profemercantete rey

Gustavo Ignacio Mercantete Sánchez ha devenido privilegio del instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge. Más de 36 años en los salones de estudio legitiman una entrega que según él nunca se ha cuestionado "y menos ahora, que los físicos no abundan. Yo llegué a la asignatura por casualidad, pero ya no me imagino mi vida de otra forma".

Me cuenta que fueron los deportes quienes lo apasionaron los primeros años de su vida. Unos juegos escolares nacionales de béisbol echaron a volar sus pretensiones de convertirse en un gran atleta. Mas, el peso de los 12 años le varió un poco los horizontes y después fue el baloncesto su meta, pero solo momentáneamente, porque su destino estaría supeditado a las ciencias y, sobre todo, a la Física.

"Era el curso 75-76, estaba yo en Manzanillo, en una escuela al campo de décimo grado, que antes pertenecía a la Secundaria Básica y mi profesor de Física, Rodolfo Ávila Ávila, habló conmigo de una manera muy seria, me convenció de que hacían falta maestros, que era una necesidad formar docentes con inmediatez y me removió la conciencia…

"La verdad es que lo mío eran los deportes. Ya había afrontado la decepción de que mis padres no quisieron que me fuera a la EIDE de Holguín. Aunque ahora soy considerado un hombre alto, en ese entonces yo era pequeño y fuñío, y ellos no quisieron soltarme las amarras.

"Sin pensarlo demasiado le dije que sí. Y cuando me preguntó en qué materia, le dije: "¿Usted no es el que está hablando conmigo? Póngame en Física". La verdad es que en esa asignatura no me iba mal, pero la Matemática era lo mío. Hoy por hoy, con una larga carrera en otra materia, la Aritmética me sigue encantando, con toda honestidad.

"Oiga, y me tocó un reto grande, entender la Física y llevarla a los estudiantes, porque esta depende de muchas herramientas, entre ellas, de la Matemática, que a veces se convierte en el 'cuco' de la gran mayoría de los estudiantes… Y como un pintor necesita el pincel y el albañil la cuchara, un físico requiere de la Matemática, con eso no se puede negociar".

El profe Mercantete confiesa que un desafío aun mayor fue impartir la materia en un centro de altos estudios. “En el curso 86-87, cuando surgió el Ipvce, se nos exigió muchísimo. Teníamos que estudiar a conciencia. El programa de concurso no se había hecho nunca y debíamos echarlo hacia adelante. Lo mejor es que la materia prima era excelente, los muchachos muy inteligentes, aplicados, especiales y obligaban a uno a prepararse y estar a la altura de sus expectativas…

"No es exageración, los profesores teníamos que esforzarnos mucho, algunos veníamos de escuelas en el campo, donde la calidad no tenía nada que ver con la vocacional. A mí me salvó que siempre me gustó el estudio, me preparé mucho y aunque practicaba deportes no descuidé la parte académica. No puedo decir que era la excelencia, pero estaba a la altura de las exigencias".

Cuando le pregunto si se mantiene el rigor académico de los primeros años es categórico: "Sí, actualmente, incluso, los programas se profundizan y en vez de eliminar contenidos se suman otros para el décimo grado, con el cual trabajo ahora mismo".

Confiesa que el programa de onceno grado es su preferido, el electromagnetismo (la regla de la mano derecha que muchos recordamos), y alega que la razón es que en ese contenido no hay nada que no se pueda demostrar de forma experimental. "Lo teórico está muy pegado a lo práctico y se encuentran los recursos en el centro. No es el caso de duodécimo grado, que en las clases de energía nuclear y atómica no existen los recursos para hacer los experimentos".

                  NO HAY NADA ABSOLUTO, NUESTRA  MATERIA LO ENUNCIA…

En la escuela ha encontrado buenos amigos. Asegura que tuvo el privilegio de reencontrarse con Rodolfo Ávila, el causante de su derrotero tras la Física y con él comparte más de tres décadas de docencia y camaradería. "Con Rolando García Sánchez tengo mucha afinidad, venimos juntos, en la misma aula, desde la Secundaria y en la carrera, por supuesto. Aunque tenemos el mismo apellido no somos familia, pero nos llevamos como hermanos. Debo mencionar igualmente a Vargas, no hay nadie más humano que él en el pre.

"En 36 años en la vocacional nunca he pensado en cambiar de trabajo, ni de centro docente, no creo que ahora se me vaya a ocurrir. He tenido estudiantes inolvidables de la especialidad de Física, difícilmente se me borre Ana Irma Ramos, presidenta de la FEEM hace ya muchos años; también Milén Reyes, eran un dúo dinámico. Los estudiantes las respetaban más que a nosotros, eran ejemplos, muy comprometidas y consagradas con el estudio.

“Tenemos por delante el reto de formar a los estudiantes cada vez más completos, mi lema es educar con el ejemplo, esforzarse en las clases para emocionar a los alumnos, no puede faltar la exigencia, el facilismo no se puede permitir. Y es que, como dice un proverbio, ser bueno es fácil, lo difícil es ser justo. Hay que llevar el conocimiento a la par de los valores, no pueden ir divorciados.

"No pienso en la jubilación, me siento muy bien, las guardias docentes no me hacen mella, si llego así a los 65 años, pues podemos seguir… Hay una fórmula muy sencilla, si usted no quiere dejar de trabajar, ame lo que hace, y para mí es un placer dar clases".

Mercantete cuenta con orgullo que ha sido vecino de Buena Vista durante 62 años. Allí ha visto crecer a sus tres hijos, "sus mejores pedazos". Hoy disfruta que uno de ellos, el varón, haya seguido el camino del magisterio y sus hijas se hayan inclinado, una por la Música y la otra por la Medicina.

Apunta que su familia, sus amigos y los estudiantes son el engranaje perfecto para la mejor versión de sí mismo frente a un salón de estudios, siempre tras el preciso rastro de la Física.

Más de 20 años después, con el micrófono de por medio, Mercantete ya no parece "tan aterrador", pero por si acaso, me preparo... No he vuelto a olvidar jamás que la culpable del color azul del cielo, y de su pregunta de aquel día, es la dichosa longitud de onda.

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar