luis Deniz

Jobabo, Las Tunas.- Especialista de Primer Grado en Higiene y Epidemiología en Jobabo, Las Tunas, 56 años de edad, 32 de trabajo, fundador del mayor centro asistencial de Jobabo como médico general, primer secretario del Comité de Base de la Unión de Jóvenes Comunistas en el sector de Salud en el municipio... Estos son solo algunos de los elementos que distinguen a un excelente profesional: Luis Manuel Denis Reyes, con una amplia trayectoria médica.

"Al inicio de mi carrera fui médico asistencial, pero por necesidades objetivas en el año 1991, se me propuso dirigir la Unidad Municipal de Higiene y Epidemiología, y al percatarme del amplio campo que abarca esta especialidad me decidí a estudiarla, desde 1994 hasta 1997. No obstante desde el 1991 ya estaba vinculado con ella desde el punto de vista administrativo".

A pesar del amplio espectro que abarca la Epidemiología, Luis Manuel se inclina por dos vertientes: "El control de epidemias y los estudios poblacionales son mis líneas favoritas, disfruto mucho ambos operativos de campo; aunque la Demografía es otra de las disciplinas que me apasionan".

Su experiencia y sabiduría ha traspasado fronteras, como integrante de la brigada Henry Reeve y epidemiólogo. "He cumplido misión en varios países: estuve en Guatemala; en Haití por dos ocasiones, una de ellas durante el control de la epidemia del cólera, y la República de Ecuador". Misiones todas que cumplió cabalmente.

 

"Yo sigo diciendo que vale mucho la preparación individual y la voluntad propia para superarse. La experiencia del día a día te enriquece el conocimiento y eso hay que reforzarlo en la práctica.

"En las circunstancias actuales, un médico epidemiólogo tiene que actualizarse en casi todas las ramas del saber, las Ciencias Sociales, las Técnicas, en Matemática, Filosofía y, por supuesto, su propia especialidad, incluyendo la parte química de la Medicina. Soy del criterio de que un epidemiólogo que no sepa aspectos químicos, nunca va a lograr adecuarse satisfactoriamente en su trabajo", agregó.

Haber ocupado cargos de dirección fue muy enriquecedor. "Me nutrió de muchas experiencias positivas, pero también negativas, tengo que decirlo. Siempre puse mi mayor voluntad y esfuerzo en asumir las tareas con responsabilidad, para hacerlo bien y lograr un impacto. En determinados momentos se pasa por situaciones difíciles cuando diriges a un grupo de personas y buscas alcanzar un objetivo. Con el tiempo adquieres experiencia y vas mejorando los métodos; sin embargo, puede llegar un momento que por determinadas circunstancias necesitas descansar. Eso fue lo que sucedió conmigo. Yo decidí abandonar la administración, pero no me retiré nunca de la actividad".

Este profesional cumple una importante labor en la batalla contra la Covid-19. "Es una enfermedad nueva de la que todavía falta mucho por descubrir, estudiar e investigar, realmente sorprendió al mundo entero. Ha sido duro, porque hemos tenido que pasar por muchos tránsitos, desde la adquisición de conocimientos nuevos hasta su aplicación en la práctica diaria para la prevención y el control. Ha tenido que vivirse experiencias de sacrificio desgarradoras en la atención a los pacientes, y en lo negativo igualmente ha estado la indisciplina de la población. Las vivencias positivas sobre todo han venido por el reconocimiento del trabajo que uno realiza.

"Para mí ha sido algo novedoso, que todavía no acaba, tenemos mucho que dar para controlar la situación epidemiológica de hoy y hacia eso están dirigidos nuestros esfuerzos y dedicación", explicó.

Su familia lo ha apoyado a lo largo de su formación; le inculcaron valores, principios, los cuales ha mantenido toda la vida. "He tratado de hacer bien lo que me ha tocado, y en eso he tenido el ejemplo de mi familia que, a pesar de ser humilde, siempre fueron muy trabajadores. He tenido el apoyo de mi esposa y mis hijos; por suerte ellos tuvieron una formación diferente a la mía. En todo momento me han estimulado a seguir adelante con el trabajo, no me puedo quejar de eso".

A este epidemiólogo aún le quedan metas, sueños y anhelos por cumplir: "Necesitamos controlar esta enfermedad para que la sociedad cubana siga su desarrollo y su curso, fundamentalmente a nivel local. Cuando lo logremos me centraré en otras actividades como la docencia, el desarrollo profesional y científico, terminar los ejercicios para ascender a la categoría de especialista...; dedicarme con tranquilidad a esos menesteres y ayudar en lo que se me solicite".

Muchos años le ha entregado a Jobabo, y aunque no nació aquí se siente hijo de esta tierra. "Casi toda mi vida profesional la he dedicado a la Salud Pública en este municipio. He tenido aciertos y desaciertos, pero desde el punto de vista profesional me siento realizado, considero que he logrado los objetivos propuestos y quisiera seguir ascendiendo en su cumplimiento. Así, cuando me retire, lo haré con la conciencia tranquila de que hice lo que estaba a mi alcance para que mejorara mi trabajo y la especialidad".

Luis Manuel ha recibido la Orden del Sol Naciente, las medallas Manuel (Piti) Fajardo y la Internacionalista de Segundo Grado. No podía ser menos ante su dedicación intachable a la obra que le ha tocado vivir en tantos años, en apoyo al pueblo y, sobre todo, a la Revolución.

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